Estas fechas son muy especiales y de viejas tradiciones para muchas familias, estos días se tiene la costumbre de ir a los cementerios, ya que llega el día de los Santos y el de Difuntos, aunque para mi, cualquier día es bueno para visitar a nuestros seres queridos que por desgracia no están con nosotros, pero de seguro que estarán en un sitio mejor.
Solemos ir a
limpiar y decorar los nichos, tumbas, lapidas de nuestros familiares y amigos
queridos, cambiamos las flores, puede que también alguna foto o imagen o
cualquier otro ornamento adecuado para dicho momento y lugar. Hay personas que
para ese día prefieren poner flores naturales, otros ponen flores de plástico o
de tela que suelen durar más tiempo o incluso combinadas, eso ya depende de
cada uno.
Y también al
mismo tiempo les hacemos un rato de compañía... Por supuesto y casi seguro que
en esos momentos nos invaden recuerdos de todos aquellos buenos y felices ratos
que pasamos junto a ellos.
En mi caso
sigo yendo al cementerio siempre que puedo, o me es posible, aunque no tanto
como me gustaría, ya que nos separan muchos Km, pero aun así para mí el
recuerdo de los que se han marchado, de los que ya no están, lo tengo muy
presente los 365 días del año, o los 366, si el año es bisiesto.
Estoy tranquilo porque sé que a los míos no les faltarán flores, aunque yo no pueda desplazarme esos casi 800 km que me separan de ellos, al igual que mis otros hermanos. Gracias sobrino... Gracias Dani y gracias a toda la familia que estáis allí y podáis hacerles una visita, sobretodo en estos días.
Siempre me acordare de algo que se hacía en casa de mis padres, todas las noches encendían unas lamparillas de mecha que flotaban en un vaso, mitad de agua y mitad de aceite, nosotros las llamábamos mariposas y seguramente muchos de vosotros también las conoceréis por ese mismo nombre.
En El Día de
Todos los Santos, mis padres siempre solían poner al rededor de una mariposa de
aceite varias fotos de nuestros seres queridos que ya no estaban entre
nosotros, aunque siempre los recordamos y llevamos en nuestros corazones.
Llegados
estos días, mis padres solían mantener encendidas estas lamparillas día y
noche... Por esta razón, creo que en el día de hoy, en nuestro Blog "Yo
también lo tuve!" y a modo de homenaje, no podía ser de otro modo, ni
tampoco podía ser un artículo del recuerdo que no fuera este, ya que estoy
seguro que muchos de nuestros seguidores conocerán y compartirán recuerdos
similares al mío, al igual que también continuarán con esta misma tradición que
hubo y seguro sigue habiendo en muchas casas, seas creyente o no.
Son unos
recuerdos entrañables y es impresionante cómo se nos quedan grabados esos
pequeños gestos de nuestros mayores.
Estas
costumbres desde tiempos inmemoriales de encender mariposas de aceite, actualmente
se están perdiendo o mejor dicho, puede que se estén actualizando ya que hoy
día mucha gente prefiere cambiar y poner en sus casas, por seguridad y
posiblemente por comodidad, imitaciones de pequeñas velas LED a pilas, yo mismo
las he utilizado en alguna ocasión pero no tienen nada que ver con las
mariposas de aceite que ponían mis padres en casa, les falta ese encanto añejo
cuya luz nos reflejaba una visión descolorida y antigua, un maravilloso efecto
de espiritualidad y paz, aunque no seas muy creyente.
Todas las
noches, desde el año 77 en mi casa, mi madre encendía una de estas mariposas en
memoria de mi hermana que falleció aquel fatídico año... Ya con el tiempo me
enteré de que solían ser encendidas para alumbrar el camino de las almas y para
que estas descansaran en paz, entre otras cosas también se encendían para hacer
peticiones, promesas o por otros motivos religiosos.
Como ya dije,
estas mariposas son menos frecuentes de ver, pero todavía están en uso, al
menos en mi casa y seguro que en casa de alguno de vosotros y si a eso le
sumamos que cada vez son más difíciles de encontrar estas pequeñas cajas de
lamparillas, en especial las que os enseño en las imágenes y que saqué de
"EL BAÚL DE HAL" se puede
decir que son de colección, unas antiguas cajas de lamparillas o mariposas para
aceité de las más conocidas en los años 60's y 70's de la marca "San Juan
Bosco" fabricadas por Francisco López Muñoz - Productos Zepol, realizadas en corcho y
cartón de baraja de naipes.
Antiguamente
las personas que no podían comprar velas, encendían un candil con una torcida,
que es una mecha de algodón dentro de un recipiente con aceite.
Mis padres al
principio compraron algunas de estas cajas como las que os enseño, pero duraban
poco, a lo sumo una o dos noches tirando largo, pero mi padre que siempre fue
muy manitas decidió fabricarlas el mismo, e incluso mejorarlas, en lugar de
hacerle una arandela de carta de naipes, prefirió ponerle una fina arandela de
hojalata y debajo el flotador de corcho sacado de alguna chapa de las botellas
de antaño, después le pidió a la abuela
que le hiciera unas torcidas (como mencioné anteriormente, algo así como una
trenza o mecha de algodón, para entendernos, o incluso podríamos poner de
ejemplo una pequeña pulsera de macramé con el hilo del ganchillo, el mismo que
utilizaba la abuela para hacer las colchas, manteles y tapetes jejejeje.
Mi padre
fabricó varias de aquellas mariposas con su flotador de corcho y siempre
protegido con la fina arandela de hojalata, para que no se quemara el invento y
la verdad que funcionaba a la perfección, duraba meses, si faltaba aceite se le
añadía al vaso y si tenía poca mecha se estiraba y se sacaba un poco mas de
ella, y mecha la verdad que tenia para rato, la abuela las hacía por lo menos
de 10 o 15 cm.
Yo no sé si
aquel tipo de mariposas ya estaban inventadas, pero os aseguro de que daban
muchísimo mejor resultado que las comerciales que se compraban en las tiendas,
como las clásicas de "San Juan Bosco" de mi colección y que fijo hoy
encenderé para no perder la tradición, en memoria de los familiares que faltan
y por los que estamos aun rondando por este mundo, que tal y como está la cosa
cualquier ayuda es buena, necesitamos apoyo, salud y fuerza de todos los lados,
de todos los sitios.
Normalmente
estas mariposas se suelen encender en la noche que va del 1 al 2, de noviembre
pero yo las encenderé hoy sábado 31 y las mantendré o cambiare hasta el final
del día 2, día de difuntos, siempre existen excepciones como pasaba en casa de
mis padres, de día la mariposa se apagaba, (menos en estos días.) Lo que era
seguro, es que no había una sola noche que no se encendiera aquella mariposa
fabricada por mi padre, delante de la foto de mi hermana.
Desde nuestro
Blog de "Yo también lo tuve!" vaya mi pequeño tributo y homenaje a
mis seres queridos, a mis generaciones pasadas y a todas aquellas personas que
hacían y todavía hacen este ritual de poner una mariposa, una vela, cirio,
lamparilla mmmm aunque sea de LED, y sobretodo aunque sea independientemente de
sus creencias, ya que creyente o no, me parece que no cuesta ningún trabajo
poner en estos días esa pequeña luz, en memoria por nuestros difuntos...
Saludos, Feliz CastaWeen, Día de todos los Santos, de Difuntos y sobretodo
mucha salud y mucho cuidado en estos tiempos de pandemia.
Que recuerdos me has traído al ver las mariposas y esa misma caja. En casa también se estilaba. De bien pequeño en Orihuela a mí abuela se le prendió la almuhada por la noche a causa de esas mariposas. Por lo visto las puso muy cerca.... recuerdo, que mí hermana me despertó y me bajó las escaleras a cuesta para salir a la calle. Todo quedó en un susto. Bonito recuerdo.
ResponderEliminarRecuerdo una noche al llegar a casa... Mi madre y mi abuela estaban haciendo la cena, entré en la cocina a saludarlas y después me apoyé en un mueble encimera donde solían colocar la mariposa y yo tan feliz allí apoyado, me lié a bla,bla,bla sin percatarme que la mariposa estaba encendida.
EliminarLlevaba una chaqueta de lana tipo Starsky que me había hecho la abuela, cuando de repente siento un calorcillo fuera de lo normal en mi espalda, acto seguido mi abuela se puso a gritar
- ¡NIÑOOOOOO, QUE TE QUEMAS! imagínate a mi abuela y a mi madre dándome manotazos en la espalda y yo intentando quitarme la chaqueta jajajajaja la verdad terminaron ellas con el fuego que se lió en mi espalda antes de que yo pudiera quitarme aquella chaqueta de lana.
Cuando logré quitármela pudimos apreciar un buen roal quemado de un palmo ( aparte de eso, nada más, por suerte yo ni me quemé). Al apoyarme en aquella encimera, me acerqué peligrosamente a la mariposa y si no es por mi madre y por la abuela me convierto en la "Antorcha Humana". La pobre abuela estudió aquel roal mientras mi madre me metía una buena reprimenda por no fijarme donde me apoyaba jajajajaja y de fondo se escuchaba a la abuela, mmmm esto tiene fácil arreglo...
A los dos o tres días la chaqueta estaba como nueva, la abuela la dejó niquela, menuda fiera estaba hecha con el ganchillo y derivados.
Al contarme lo de tu abuela, Juan Pedro me hiciste tener un flashback jajajajaja
Que buena anécdota. Me encanta la conjugación de abuelas y mariposas
ResponderEliminarY las historias del día de todos los santos. Lo de levantarse pronto porque los difuntos ese día venían a descansar a las mismas camas donde dormías. Jejeje... Yo como tu abuela, tenía una tía que era muy del ganchillo y esas cosas del punto de cruz... Me ha encantado la historia.
Menos mal que como tu bien dices... Todo quedó en un susto!!! jejejeje.
EliminarAparte de lo que mencionas de los difuntos que volvían a las camas, aun hay quien les pone un plato en la mesa a la hora de comer ese día...