COPIAR O CORTAR Este primer código evita que copien los textos de tu página o blog Este segundo código evita que copien las imágenes y gif COPIAR O CORTAR YO TAMBIÉN LO TUVE! NOSTALGIA Y RECUERDOS DE LOS AÑOS 60 - 70 - 80 - 90's: septiembre 2022

sábado, 24 de septiembre de 2022

NO PERDAMOS LAS BUENAS Y SANAS COSTUMBRES

Aunque acabamos de entrar en otoño mmmm aún hace buen tiempo para poder jugar en la calle y no encerrarse entre cuatro paredes delante de una pantalla.

El "ME VOY A LA CALLE A JUGAR" es una frase que ya casi no existe en el vocabulario de nuestros hijos, una costumbre que deberíamos recuperar y conseguir que formara parte de las vidas de nuestros pequeños. 

martes, 20 de septiembre de 2022

TODOS TENEMOS RECUERDOS QUE SE LLEVAN EN EL ALMA

Año 1976:

-Despierta, no te hagas más el remolón, despierta que llegaras tarde a la escuela y yo al trabajo.  Hasta tu gato Jinks te está lamiendo y ronronea para despertarte.

- Ufffff Jinks como te huele el aliento a jurel fresco. Ya me levanto mamá, pero llévate al gato.

Una vez aseado, vestido y ya desayunado, emprendíamos el camino hacia el colegio y siempre la misma pregunta

- ¿Mamá, cuando me dejaras ir solo al cole?

Y siempre recibía la misma respuesta por parte de mi madre

- Aún eres demasiado pequeño para ir solo por la calle y tienes que cruzar muchas carreteras antes de llegar a la escuela, el próximo año ya hablaremos de eso.

Bueno, bueno, eso que me decía de muchas carreteras mmmm no eran tantas que yo recuerde... La Diagonal, Calle Mallorca, Calle Valencia y la Calle Bruc (todas calles de Barcelona) Aunque a decir verdad la diagonal era tan grande que valía por cuatro, estoy seguro que por pocas que fueran, para mi madre siempre serian muchísimas, eso de que su pequeño las cruzara él solo, uffffff se le hacía un mundo.

A medio camino se divisaba el kiosco de prensa y como ya era costumbre le pedía a mi madre la peseta de rigor para un chicle Dubble Bubble de menta, una vez la rubia estaba en mi poder le decía a mi madre "Voy a por mí chicle y esperaré en el kiosco", acto seguido subía a mi moto imaginaria de Cross y salía echando chispas, dando gas con el puño y pegando saltos ¡BRRRUM, BRRRUM, BRRRRRRUM! (depende del día podía ser una Bultaco, una Montesa o bien una OSSA, tres de mis marcas preferidas para aquellas máquinas de Moto Cross).

Mascando el chicle pasábamos por la puerta de la que fue, es y será, aunque ya solo sea en mis recuerdos, mi librería preferida, la Librería Cugat y mi madre al pasar por ella siempre me decía "Quedamos aquí cuando salgas del colegio, espérame y no te muevas del escaparate, yo no tardaré en llegar". Mi madre salía a la misma hora que yo y aquel escaparate con material escolar y sobre todo con pequeños juguetes y baratijas, era el punto de recogida, ya que mi colegio estaba en la misma manzana, a pocos metros y no tenía que cruzar ninguna carretera.

Aquellos 5 o 10 minutos que podía tardar mi madre, se me hacían cortos mirando aquel aparador, una pelota, unos sacapuntas metálicos con las miniaturas de Playme, estuches, bolígrafos, barajas, caretas, algún que otro cochecito, muñequitos de goma, las típicas plantillas escolares con los mapas de España, lápices con las tablas de multiplicar, etc, etc...

Pero algunas veces no me conformaba con mirar, noooo, también de vez en cuando engatusaba a la buena de mi madre para que me comprara alguna cosilla mmmm ahora mismo mientras escribo me viene a la cabeza algunas anécdotas que se me quedaron grabadas, como aquel primer Don Miki, el número 1 de la editorial Montena, ese fue el primero de muchos que pude comprar o que me compraron, aquel avión concorde con doble sacapuntas (uno debajo de cada ala), aquella flauta para la clase de música, era una pasada de guapa, una flauta de caña con grabados orientales muy al estilo Kung Fu jejejeje lástima que cuando la llevé a clase me di cuenta de mi gran error... 

Mientras que la gran mayoría de mis compañeros traía la típica Flauta Hohner de plástico, yo traía la flauta del "Pequeño Saltamontes" y si, la verdad que era una vacilada, a todos les encantó incluso a Pep, nuestro profesor, pero mi gozo en un pozo, aquella flauta no tenía nada que ver con las flautas que se requerían en aquellas clases de música, así que... Jamás aprendí a tocar "Noche de Paz, Noche de Amor" o la del "Himno a la Alegría" y ya sin mencionar la de "La Guerra de las Galaxias", con lo que esta me gustaba a mí.

Y mis padres me preguntaban, ¿cuándo nos tocarás una melodía con la flauta...? Ufffff nunca se enteraron de mi fracaso flautero o eso creo mmmm pocas melodías sacaría yo de aquella flauta de caña jejejejeje.



Año 2010:

Vamos de paseo pi pi pi en un auto feo... Pues eso, un bonito y nostálgico domingo otoñal le digo a mi esposa: "Me apetece dar un paseo por mi viejo barrio, visitar lugares que hace muchos años que no paso por ellos y como estamos a una hora en coche mmmm nos quedamos a comer en La Sirena Verde". Judith, mi esposa, no tardó en aceptar jajajajaja le encanta el tapeo de ese bar restaurante galleguiño,

Así que cogimos a los niños, nos montamos en el coche y domingo de salidita nostálgica, visitando algunos puntos clave de mi niñez, entre ellos mi colegio o mejor dicho, donde estaba mi colegio, ya que lo tiraron al suelo para hacer una tranquila plazoleta llamada "Jardines del Rector Oliveras", con bancos donde poder sentarse, leer y tomar el sol, también visitamos la iglesia del colegio donde hice la catequesis y mi primera comunión, paseamos por el claustro donde jugábamos a pillar con el sacristán mmmm eso fue lo que les dije a mis hijos, aunque más que jugar era meterse con el pobre hombre, haciéndole burla y cuando se arrancaba a correr nosotros poníamos pies en polvorosa, pobre sacristán, era paticorto y aquello parecía un episodio del coyote contra unos cuantos pequeños y guasones correcaminos.

Fue un domingo fuera de lo normal, con un buen yantar y muchas historias vividas por mí en todos aquellos lugares que visitamos de mi viejo barrio, en cada uno donde parábamos les contaba alguna vivencia ocurrida en aquel lugar y la mayoría ya podéis imaginaros uffffff tengo que reconocer que era un niño muy movido y algo travieso, pero sin maldad.

Sé muy bien que aquellas historias de abuelo cebolleta que les conté a mis hijos y a mi mujer les encantó, historias completamente verídicas que nos hicieron sacar muchas risas y carcajadas mmmm aunque a veces tenía que omitir alguna cosilla jejejeje, pero el lugar y la historia que más les gustó, tanto a mis dos hijos como a mi esposa fue la de la Librería Cugat, lugar donde me recogía mi madre, para ellos la abuelita Aurora ufffff parece que se me empañan las lentillas y eso que no llevo, un momentito y continuamos...

Infinidad de tiernos recuerdos que emocionan y se tiene que hacer una pequeña pausa... Aquel día Judith me confesó algo mientras disfrutábamos de las tapas de la Sirena Verde, jejejeje rió mucho y se lo pasó muy bien viendo como su marido se transformaba en niño por momentos cuando relataba todas aquellas vivencias, me dijo que fue un domingo fantástico, lleno de humor y de risas, un domingo muy entrañable, pero algo le faltó para que hubiera sido un domingo perfecto al 101%.

Como ya os dije era domingo y Judith se quedó con las ganas de ver aquella librería abierta (es una amante de los viejos libros y le chiflan las librerías de viejo). Así que me dijo: "esto no puede quedar así, me debes una visita a esta librería un día laboral en que esté abierta, quiero visitar su interior, me gustaría mucho y más después de todo lo que nos contaste...". Mi contestación fue: ¡PROMETIDO QUEDA!


Año 2012:

Aprovechando que Judith y yo estábamos en Barcelona haciendo unos recados y era día laboral mmmm no se me olvidó que desde hace un par de años tenía pendiente una promesa,  tocaba cumplirla, además estábamos cerca de la entrañable Librería Cugat ¿qué mejor momento que ese...? En aquella ocasión sí que sí estaría abierta.

Al llegar a su puerta me detuve ante aquel viejo escaparate y observé que seguían teniendo muchos y pequeños juguetes, álbumes de cromos y algunas otras cosillas, los años no pasaban por aquella vieja librería papelería.

Acto seguido me vinieron unas ganas tremendas de entrar dentro y ver si aún estaba igual que en mis recuerdos de infancia colegial o había cambiado, "¿Pero si entro que digo...? ¿Pregunto por un libro...? ¿Compro un boli, un lápiz, una goma, un sacapuntas o una libreta?" Judith tiene mala costumbre y como siempre me leyó el pensamiento sin pedir permiso jejejeje o bien me vio tan dubitativo que me dijo "Mira una baraja de naipes de las Monster High y a Ariadna, nuestra hija pequeña le encantan esas monstruitas..."

¡Siiiiiiii! Ya tenía la escusa, quiero decir la compra perfecta, ya podíamos entrar, ya sabía lo que quería comprar ¡UNA BARAJA DE LAS MONSTER HIGH! No sé si eso de que un tío de 1,85 m. con barba algo ya canosa, te pida una baraja de las Monster High es algo muy normal, puede que hubiera sido mejor comprar un boli BIC jajajajaja la cuestión que en ese momento me pareció una excelente idea y Judith y yo entramos decididos en la Librería Cugat.

¡OOOoooOOOH! Que de recuerdos me vinieron a la cabeza nada más entrar, aquel olor a libros que tanto impresionó a mi mujer, aquellas altas estanterías (aunque yo las recordaba muchísimo más altas) repletas de viejos y nuevos libros, aquellas grandes láminas enmarcadas que colgaban en la pared y que tanto me gustaban de gnomos de la casa de tintas Pelikan, entre otras. Eeeeeep un momento... Conozco a la dependienta, es la misma a la que tantas cosas le compré, ya no estaba con aquella señora mayor que también atendía en la librería y que siempre pensé que sería su madre, lógicamente ya habían pasado muchos años, unos 40 aproximadamente, demasiados para que esa pobre señora siguiera allí.

Los años también pasaron por aquella que fue la joven librera a la que miraba en ese momento, calculo con todos mis respetos que poco le faltaba para la jubilación, los años pasan para todos, yo tampoco era aquel niño que compraba baratijas (aunque eso es algo que sigo haciendo como adulto coleccionista jejejeje), ni tampoco era ya aquel que esperaba a su madre mirando aquel entrañable escaparate lleno de juguetitos y material escolar.

Basándome en mis recuerdos, creo que la que fue la joven dependienta tendría entre 20 y 30 años, en aquellos mediados de los 70's, pero aquel día, yo creo que tendría la edad de la que pienso que era su progenitora, los años pasaron para todos, menos para aquella vieja librería,

papelería, kiosco. Fue un momento mágico que me transportó a mi más tierna infancia... Realmente todo un déjà vu, solo me faltó preguntarle si ya había salido el Don Miki o el Copito, o que me diera el Teleprograma de la semana (el TP) jajajajaja.


Año 2020:

Tengo una conversación muy entretenida con mi buen amigo y hermano de coleccionismo Juan Pedro Akela, del fantástico y veterano Blog: El Kiosko de Akela. Hablamos sobre aquellos kioscos de antaño y le cuento mi recuerdo de la Librería Cugat, y muy especialmente la de su escaparate, aquel que fue punto de encuentro con mi madre a la salida de la escuela (ya que la pobre salía de trabajar a la misma hora que yo y allí la esperaba, mirando los juguetitos). Le gustó tanto la historia que me dijo: "cuéntalo, es un relato muy entrañable para un post". Le dije que sí, que un día de estos quería escribirlo, pero aún necesitaba algo más de información.

Después de aquella conversación con Akela, me entró curiosidad y me dispuse a indagar sobre el tema Librería Cugat. Grata sorpresa, por un lado, y triste por otro... La grata sorpresa para mí es que creo que encontré en la red de redes a la propietaria de la vieja librería y puede que algún día me decida y me ponga en contacto con ella para que me cuente cosas de tan entrañable lugar, pero lo más triste fue que al poco de empezar la búsqueda de información encontré que la vieja papelería Cugat se había convertido no hacía mucho tiempo en el Restaurante Cugat. Escribí a mi buen amigo Akela para contárselo y puede que para desahogarme un poco también y la verdad me fue muy bien... Me dio un sabio consejo: "Rescátala para ti y para el resto del mundo. Un recuerdo así merece la pena".

Año 2021:

No se me olvida lo que hable con el bueno de Akela, escribir sobre esa librería y ese entrañable recuerdo de mi niñez mmmm, pero algo me falta y sé perfectamente lo que es... Tengo que volver a ese sitio aunque ya no sea el mismo.

No sabría decir que día fue, pero Judith y yo estábamos en Barcelona y era la hora de comer, así que... Qué mejor sitio que el Restaurante Cugat para poder degustar sus viandas y ya de paso quitarme esa espinita que ya llevaba meses clavada en mí. ¿NO?

Entrar en ese restaurante ciertamente me tocó la fibra sensible, aunque tengo que decir que se trataba de un local muy bien decorado y acogedor, después ya lo juzgaría por su cocina y la verdad, superó mis expectativas iníciales, es un café, bar, restaurante que recomiendo.

Dejaron el local como ya dije, muy acogedor, buena comida, buen servicio y lo que más me llenó es que seguían conservando el nombre original de "CUGAT" en los ventanales, encima de la puerta de entrada y en el del escaparate, solamente le añadieron la palabra BAR junto al CUGAT original, pero  lo que más me emocionó de todo es que conservaron una de las láminas de "Tintas Pelikan" colgadas en la pared, haciéndole un guiño en el recuerdo a la vieja librería, algo que para mí les honró mucho.




Año 2022:

Y ya en la actualidad. Hoy es martes 20 de septiembre. Este post se lo dedico a mi madre... Hoy hace 25 años que se marchó, estoy completamente seguro que estará en un fantástico lugar por ser la gran y buena mujer que fue y no tengo la menor duda que cuando llegue la hora también pasará a buscarme, como cuando yo era niño y la esperaba en aquel entrañable escaparate de la vieja "LIBRERÍA CUGAT".

sábado, 10 de septiembre de 2022

sábado, 3 de septiembre de 2022

VISORES TURÍSTICOS DE DIAPOSITIVAS

Hoy recordamos todo un Sr. Clásico de aquellas épocas vacacionales, me refiero a los mini visores de diapositivas (filminas), aclamado souvenir que retrataba lo más reseñable del lugar que visitábamos, seguro que los recordáis ¿y puede que tú también tengas alguno en casa...?

Estos visores turísticos tenían diferentes formas y colores, los que más nos atraían (al menos en mi caso) eran los de tipo TV, aunque también existían otros visores con diferentes formas bien chulas de las cuales también os muestro alguna... He aquí una pequeña muestra de ellos, donde se puede intuir con mirada nostálgica que a través de esa sucesión de viejas y diminutas diapositivas, tienes garantizado un viaje que te hará retroceder en el tiempo.

En un lugar bien iluminado, se miraba a través de la lente de plástico transparente y gracias a la luz que entraba por la lámina traslúcida que simulaba ser la pantalla de la televisión, íbamos saltando de imagen en imagen mientras pulsábamos el pequeño botón resorte que activaba el mecanismo y así mover de una en una las mini diapositivas, dispuestas en aquel disco circular (desmonto una de las pequeñas televisiones donde podréis ver mejor lo que digo).

Nuestros padres los compraban en aquellas tiendas de recuerdos "RECUERDO DE..." típicas tiendas donde vendían souvenirs, los compraban para tener un recuerdo de aquellas bonitas vacaciones o bien para regalar a familiares, amigos, vecinos, etc.

Recuerdos agrupados dentro de aquellos mini televisores con las pequeñas diapositivas de los lugares más característicos y emblemáticos de la urbe, símbolos de su nobleza y de su importancia urbanística, calles, museos, monumentos y edificios más representativos de aquel lugar visitado entre otras muchas cosas.

No sé a ti, pero eso de darle al pulsador para que pasaran una a una las filminas del visor, me encantaba, lo malo que de tanto darle y darle, me duraban poco, muy poco jejejeje que le vamos a hacer manazas que era uno, eso sí, siempre le ponía buena voluntad y pensaba, esto lo arreglo yo en un PLIS-PLAS... Preparaba el martillo, la sierra, las tenazas, los destornilladores y el TALADRO ¡NOooOOoo! Eso no, ya que mi padre me lo tenía más que prohibido, seguro que por alguna de mis travesuras, ya os podéis imaginar, no salía de una y me metía en otra y el taladro daba mucho juego como pistola láser mmmm menudos agujeros que hacia aquel pequeño taladro anaranjado Black & Decker jejejeje.

Volviendo al tema reparación y arreglo... Tengo que confesar que aquellos visores acababan peor de lo que estaban después de la chapuza y terminaban medio escondidos en la bolsa de basura para que mis progenitores no se enteraran jajajaja.

Y ya para terminar y en cierta manera para seguir con aquellas tradiciones, aquí os traigo unos cuantos de aquellos visores que conseguí estas mismas vacaciones y que ya tienen su sitio en "EL BAÚL DE HAL". Un bonito y entrañable recuerdo para mostrar con una mirada nostálgica, una mirada que tiene el poder de transportarnos a todos aquellos días vacacionales y aquellos viajes familiares siendo niños y a la finalización de las mismas.

Creo que este recuerdo y su significado es muy adecuado para empezar y superar estos días posvacacionales, ya que volver a la rutina después de pasar unos geniales días de relax nunca es tarea fácil.

Lo que sí es fácil para mí y ya tenía muchas ganas, es la de empezar esta nueva etapa, esta nueva temporada en nuestro blog "YO TAMBIÉN LO TUVE!" Y enseñaros muchas nuevas-viejas cositas de mi colección que guardo en mi mágico baúl sin fondo.

Bueno ahora toca reparar el visor verde que desmonté, tranquilos que no cogeré ni utilizaré la pistola láser mmmm perdón quiero decir el taladro, ni ninguna otra herramienta jajajajaja me conformaré con un poco de pegamento adecuado para plástico y todo solucionado.