COPIAR O CORTAR Este primer código evita que copien los textos de tu página o blog Este segundo código evita que copien las imágenes y gif COPIAR O CORTAR YO TAMBIÉN LO TUVE! NOSTALGIA Y RECUERDOS DE LOS AÑOS 60 - 70 - 80 - 90's: octubre 2023

martes, 31 de octubre de 2023

EL HOMBRE DEL SACO

Llegadas estas fechas de "Todos los Santos", "Difuntos" y "Halloween" y ya como costumbre, me gusta preparar un artículo que tenga que ver con el pasado aunque de una manera un poco más tétrica y oscura, para este post me dio pie una película que vi hace muy poquitos días, se trata de la película "El hombre del saco", película que está basada en hechos reales (como ya os contaré más adelante), aunque el tema lo tratan muy superficialmente bajo mi humilde punto de vista.

Creo que esa historia tiene mucho potencial para hacer una de esas películas que te dejan pegado a la butaca mordiéndote las uñas y pegando muchos sobresaltos, es decir una de esas películas que te acojonan de verdad y creo que esta historia que se adaptó para la pelicula fue una oportunidad desaprovechada donde se juntan muchos guiños y referencias cinéfilas de otros clásicos del séptimo arte y de la pequeña pantalla como son "It", "Los Goonies", "Stranger things" o incluso "Verano azul" mmmm solo faltaba que sus jóvenes protagonistas que también se movían en bicicleta silbaran la conocida melodía de aquella mítica serie jajajajaja.

Pues eso, poco más puedo decir de esta película, que no digo que sea mala, pero esperaba mucho más de ella, en especial por tratar ese mito aterrador muy nuestro y verídico, el del hombre del saco.

Y ahora sí, vamos a dejar la película apartada ya que poco más puedo decir de ella y vamos a nuestro post especial de estas fechas.

Hoy como cada año por estos días me salgo de la nostalgia establecida y habitual, para tocar otra nostalgia diferente, con un añadido más espeluznante, algo más acorde con estas fiestas de Día de Todos los Santos, de Difuntos o del mismísimo Halloween y este año no será menos así que allá vamos.

Muchos conocen y les habrán dicho mil veces cuando eran pequeños aquello de "si no te portas bien vendrá el hombre del saco para llevarte". Es una frase que durante décadas se les ha dicho a los niños para que obedezcan y no sean traviesos. Son palabras que muchas veces se dicen sin pensar y que probablemente nadie se las diría a sus hijos si conocieran la verídica historia que hay detrás.

Pocos saben que este hombre, si así se le puede llamar, existió de verdad y como andaluz que soy siempre me han interesado los misterios de mi tierra. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que uno de los miedos infantiles más populares de nuestra cultura está basado en hechos reales y además sucedió a pocos km de donde yo nací, a tan solo 1h de mi pueblo.

 ADVIERTO que el relato es bastante fuerte. En un municipio de Almería, Gádor, tuvo lugar un acto tan atroz, que tan solo voy a describir lo esencial para comprender la magnitud de la barbarie. De todos modos, no es una historia apta para mentes sensibles ni, por supuesto, para menores. Esta es su historia, la historia de Francisco Leona, el hombre que será siempre recordado en nuestra memoria como "El hombre del saco".

Todo comenzó a principios del siglo pasado, concretamente en 1910, en la apacible y hermosa localidad Almeriense de Gádor. Francisco Ortega, alias el Moruno, un agricultor de cincuenta y cinco años enfermo de tuberculosis, obsesionado con la idea de la muerte y desesperado por su enfermedad, decide acudir recomendado por su esposa Antonia a los remedios de la curandera Agustina Rodríguez, popular en la zona por sus artes brujeriles y sanadoras. En principio todo se desarrollaba con normalidad, pero ninguna de las curas de Agustina parecía tener efecto en el Moruno. Fue entonces cuando Agustina, viendo que ninguna de sus pócimas o cataplasmas sanaban al Moruno decide acudir a Francisco Leona, que además de ejercer de barbero tenía también, según se decía, ciertas dotes sanadoras y era muy popular por ello en toda la zona.

Cuando Agustina le cuenta a Leona la situación de el Moruno, este decide de inmediato encontrar una cura para la enfermedad, eso sí, tenía que ser especial, algo por lo que el paciente estuviera dispuesto a desembolsar una increíble cantidad de dinero. Dispuesto a exponer su idea ante el enfermo, Francisco Leona se encamina a casa del Moruno y después de informarle de que su muerte sería inminente, de no seguir sus instrucciones, le plantea su macabra idea:

- Yo tengo el remedio, Moruno

- ¿Cuál es? -inquirió con ansiedad el enfermo.

- Es necesario que te bebas la sangre de un niño robusto y sano, pero la sangre tiene que estar caliente, según vaya brotando… Y luego tendrás que ponerte en el pecho sus mantecas, como cataplasma.

- ¿Pero para eso habrá que matarlo? - preguntó de nuevo el Moruno.

-Sí, claro... - fue la respuesta lacónica de Agustina.

-Entonces, no - gritó el enfermo -¡me castigaría Dios!

- Tú verás... -añadió Leona.

Francisco Ortega, el Moruno estuvo unos instantes pensativo, agitado por las dudas, mientras Agustina y el viejo Leona se miraban expectantes. Al fin, el enfermo, saltando de la silla, exclamó:

-¡La salud es antes que Dios, qué coño!

(El diálogo ha sido reconstruido a partir de las declaraciones sumariales.)

La cantidad fijada para cometer tan terrible acto fue inicialmente de 3000 pesetas, pero el Moruno no disponía de tanto dinero, por lo que el trabajo, se dejó entonces en solo 3000 reales, una cantidad muy inferior, bajo la promesa de el Moruno de que les pagaría el resto en cuanto hubiera recuperado la salud para poder trabajar y ahorrar dicha cantidad. Aun así, Francisco Leona y Agustina aceptaron el trato y le recomendaron al enfermo que no se moviera de su domicilio hasta que ellos dos le avisaran de que todo estaba ya dispuesto.

La primera dificultad que debían sortear los asesinos, era la de secuestrar a un niño sin ser descubiertos y cargar con él después hasta el Cortijo San Patricio, donde vivía Agustina que se encontraba alejado varios kilómetros del núcleo del pueblo y además en un lugar discreto y aislado. El problema es que tanto Agustina como Francisco Leona se veían incapaces de transportar a un niño a tanta distancia y en aquellas condiciones, así que ni cortos ni perezosos, decidieron involucrar en su plan a una tercera persona, ni más ni menos que al propio hijo de Agustina, un mozo joven, corpulento y realmente embrutecido, de nombre Julio Hernández Rodríguez, apodado el tonto y que aceptó de inmediato el encargo de cargar al pequeño hasta el cortijo y ayudar a Leona en el secuestro, a cambio de cincuenta pesetas, un dinero que necesitaba para adquirir una nueva escopeta de caza. Una vez concretado el plan, los tres, Francisco Leona, Julio el tonto y Agustina Rodríguez, decidieron ponerlo en práctica lo antes posible. Hubo más personas involucradas que actuaron como encubridoras de toda la trama entre las familias de todos ellos y que también, como veremos más adelante, recibieron su justa condena por tan detestable acto de cobardía.

Pero pasemos ahora a detallar como sucedió todo. Al atardecer del día 28 de junio de 1910. Francisco Leona y Julio el tonto encontraron finalmente su objetivo. Bernardo González Parra, un pobre niño de solo siete años de edad, robusto y lleno de vitalidad. Justo lo que aquellos dos desalmados andaban buscando. Así fue como aprovechando que el pequeño Bernardo se alejó unos instantes del grupo de niños en el que se encontraba, Leona se abalanzó sobre él tapándole la boca con un paño impregnado en cloroformo, lo que provocó que el niño quedara inconsciente prácticamente al instante. Una vez dormido lo introdujeron en un saco y Julio el tonto lo cargó en sus espaldas en dirección al Cortijo San Patricio.

No obstante, el camino era largo y tortuoso, por lo que con el pasar de las horas Bernardo recobró el sentido y no dejaba de gemir y moverse dentro del saco, algo que posteriormente el propio Julio Hernández declararía en sus confesiones. Cuando Leona y su cómplice llegaron al cortijo les esperaban allí Agustina, José Hernández, (hermano del tonto) y su mujer Elena Amate.

Fue José el que se encaminó de inmediato para avisar al Moruno de que todo estaba ya dispuesto. Mientras todos esperaban la llegada del enfermo, Bernardo, agonizaba ya en el interior del saco, pataleando y sollozando presa del terror. Agustina, como una cruel carcelera, golpeaba al niño incesantemente a través del saco para que este se callara. Mientras tanto, Leona afilaba impaciente el filo de su navaja y Elena Amate, como si nada estuviera pasando, preparaba la cena ajena a toda la escena.

La oscuridad de la noche se cernió sobre la macabra escena cuando Francisco Ortega el Moruno y José Hernández entraron finalmente por la puerta. Todos se pusieron, de inmediato, manos a la obra. Mientras Julio el tonto y Agustina juntaban dos mesas, sacaron al pequeño Bernardo del saco y lo sujetaron con fuerza. Para facilitar que Leona hiciera su trabajo, Agustina levantó el brazo del niño que angustiado no dejaba de pedir socorro y llamaba a su madre, entonces, de una manera rápida y certera (como si de una matanza de cerdos se tratara) Leona atravesó la axila de Bernardo con su navaja.

La sangre manaba con fuerza y caía sobre un vaso que Agustina había situado justo debajo del pequeño y al que iba añadiendo azúcar para dársela de beber al enfermo. El Moruno bebía con avidez el líquido vital del infortunado infante al tiempo que repetía una y otra vez "mi vida antes que Dios, mi vida antes que Dios". Mientras José daba vueltas alrededor de la casa para no presenciar lo que allí estaba ocurriendo, su mujer, Elena, preparaba tranquilamente la cena. Cuando Francisco Ortega había ya bebido varios vasos de sangre y Leona consideró que era suficiente, le indicó a este que regresara a su domicilio, al tiempo que tapaba con un vendaje la herida del pequeño para volverlo a introducir, ya totalmente inconsciente debido a la pérdida de sangre, dentro del saco. Protegidos ya por la oscuridad de la noche, se encaminaron de nuevo con el saco a hombros hasta el Barranco del Pilar.

Allí, estando el niño todavía con vida, Julio el tonto intentó machacar el cráneo de Bernardo con algunas piedras, pero como no lo conseguía, fue Leona finalmente el que terminó de esta sangrienta forma con la vida de aquel inocente niño. Hasta Julio el tonto se estremeció con aquella escena grotesca, más aún, cuando Leona sacó de nuevo su navaja y de una manera precisa cuál cirujano le extrajo del vientre al pequeño la grasa y el epiplón (las mantecas) para envolverlas rápidamente en su pañuelo. A continuación, ambos ocultaron el cadáver bajo unas piedras en aquel mismo lugar.

Más tarde se separarían, Julio regresó con su madre al cortijo y Leona caminaría hasta la casa de el Moruno para untar en su pecho las mantecas del pequeño y cobrar los tres mil reales pactados. Cuando Leona aplicó el macabro ungüento en el Moruno, este fuera de sí y totalmente ido no paraba de gritar "¡¡Siento que me da la vida, Siento que me da la vida!!". Por otro lado, durante toda aquella trágica jornada, Francisco González Siles y María Parra Cazorla, que eran los padres del pequeño, habían iniciado ya su frenética búsqueda junto con la mayoría de sus convecinos aunque sin ningún resultado, por lo que deciden, ya de madrugada, acudir al cuartel de la Guardia Civil de Gádor para dar parte definitivamente de su desaparición.

A pesar de que los efectivos de la Guardia Civil iniciaron de inmediato la búsqueda del niño, todos los esfuerzos parecían en vano... Pero algo iba a suceder que daría un vuelco a todo el caso. Movido por su sed de venganza contra Leona ya que este había decidido no pagarle las cincuenta pesetas que le debía por su trabajo, diciéndole a Agustina que debía pagarle ella, algo a lo que lógicamente la madre de el tonto se negó, Julio Hernández Rodríguez, se presentó en el cuartel de la guardia civil a las cuatro de esa misma tarde contando que se había encontrado mientras cazaba el cuerpo de un niño en el barranco de "El Pilar". Explicó también que los restos del pequeño, estaban cubiertos de piedras y maleza.

 Inmediatamente, los efectivos de la benemérita se encaminaron al lugar acompañados por algunos pastores que conocían bien aquella zona y allí, terriblemente mutilado, encontraron el cadáver del niño Bernardo González Parra. La indignación y la conmoción popular fueron impresionantes. Muchas fueron las voces que desde el primer momento sospecharon de Leona y su entorno debido a la mala fama que se había cosechado en todos sus años como curandero y presunto brujo. Pero las diferentes coartadas que sus contactos dentro del pueblo le facilitaron al principio complicaron su acusación inicial. Sin embargo, en los diferentes interrogatorios a los que fue sometido también Leona cometió un grave error que le delató.

 Con la intención de dejar de ser el centro de atención mediática, sugirió que Julio el tonto podría ser el asesino, la Guardia Civil no dio veracidad a esa hipótesis, ya que tenían muy claro que alguien que había cometido tan horrendo crimen, jamás descubriría el lugar donde estaba su víctima (cosa que horas antes había indicado Julio el tonto) esta sospecha, junto con el testimonio de otro vecino del lugar que aseguraba haber reconocido a Leona como el asesino del pequeño, hicieron que finalmente la ley cayera definitivamente sobre los verdaderos asesinos. Aunque Leona se esforzó en sus testimonios aseverando que él era inocente, finalmente fue conducido a la cárcel de Almería en compañía de Julio el tonto y del resto de implicados a los que este había ido delatando en sus diferentes declaraciones.

Los primeros en caer detenidos fueron la curandera Agustina Rodríguez y su marido Pedro Hernández, Francisco Ortega (el enfermo) y su mujer Antonia López, y también el otro hijo de Agustina José Hernández, así como su esposa Elena Amate. El juicio fue seguido con gran interés no solo en España, sino también en toda Europa, decenas de periódicos se hicieron eco de la noticia (todavía hoy pueden verse en la hemeroteca nacional) y al fin, el día once de agosto de 1910 la sentencia fue hecha pública: Francisco Leona, Agustina Rodríguez, Julio Hernández y Francisco Ortega, fueron condenados a morir en el garrote vil. José Hernández, fue condenado a diecisiete años de prisión, Elena Amate y Pedro Hernández quedaron libres sin cargos.

Francisco Leona murió envenenado en la cárcel, (se dice que para evitar que confesará otros crímenes cometidos por él o por otras personas, pues fueron varias las desapariciones ocurridas por aquella zona durante largos años) a Julio el tonto le conmutaron la pena debido a su presunta deficiencia mental. Los demás encarcelados se beneficiarían posteriormente de los indultos concedidos por el gobierno de la república.

Por último, hubo algo que también llamó poderosamente la atención de todos aquellos que pudieron ver a los diferentes acusados de tan terrible crimen cara a cara y es que, misteriosamente, Francisco Ortega (el tuberculoso) mejoró su salud de manera inexplicable, sanando por completo (o eso se comenta) de su terrible mal... Sea o no cierto este último dato, la historia de este macabro crimen dio lugar junto con muchos otros crímenes que se cometieron en aquella oscura España, a la leyenda del hombre del saco, un siniestro personaje que se lleva a los niños que no hacen caso de sus padres y se portan mal, o que no se quieren dormir. ¡Que tengáis una feliz noche!


(1) Francisco Leona Romero. (2) Julio Hernández Rodríguez. (3) José Hernández Rodríguez. (4) Pedro Hernández (padre de los dos últimos). 




Las imágenes fueron tomadas de internet, desconozco su autoría. Los créditos a quien correspondan. Gracias.

sábado, 28 de octubre de 2023

♫♪ - DUÉRMETE NIÑO, DUÉRMETE YA - ♪♫

♫♪♫♫♪ Duérmete niño, duérmete ya, que viene el COCO y te llevará. Duérmete niño, duérmete ya, que viene el COCO y te comerá... ♪♫♪♫♪

¿Pero qué niño o niña que se podía dormir con semejante amenaza...? No sé a vosotros, pero a mí aquella nana del "COCO" que nos cantaban de pequeños, en lugar de darme sueño, ¡ME LO QUITABA! ¡jajajajaja!   

sábado, 21 de octubre de 2023

LAS HUCHAS DEL DOMUND

Mis estudios de EGB los cursé en la Escuela Parroquial Purísima Concepción de Barcelona. Aunque su nombre puede dar la impresión de que era un colegio sumamente religioso, en realidad era un centro educativo bastante normal. Las clases eran impartidas por profesores convencionales, sin sotanas ni hábitos. Sin embargo, es cierto que el colegio estaba vinculado a la Parroquia Purísima Concepción y que las clases de catequesis y religión las daban algunos sacerdotes, monjas y en ocasiones, misioneros que solían estar de paso y se quedaban unos días en la parroquia.

Supongo que los mencionados misioneros venían a controlar o a llevarse los donativos de la semana del Domund que los niños solíamos recaudar pidiendo, hucha en mano por las calles o a nuestros padres y vecinos. Muchos seréis los que recordaréis estas huchas que se utilizaron en España entre las décadas de 1950 y 1970 para recaudar fondos y ayudar al tercer mundo. El Domund se celebraba y se celebra en el penúltimo domingo de octubre, como es mañana domingo.

Cada vez que veo una de esas huchas de las que trata nuestro post de hoy, inevitablemente me vienen recuerdos de mi colegio. Recuerdo las clases, el teatro, los patios de recreo, el comedor (donde solía haber algunas de estas huchas a modo de decoración) y las tres monjas que nos daban clases de religión o supervisaban el comedor. También recuerdo a mis profesores y compañeros de clase, con quienes volví a conectar después de más de 30 años gracias a las redes sociales. Fue muy emotivo reunirnos de nuevo, incluso asistieron algunos de nuestros antiguos profesores a la reunión comida-cena que se celebró mmmm a pesar de que no era un estudiante ejemplar, me alegró mucho ver a todos después de tantos años, profesores incluidos.

Y hablando de comidas me viene a la cabeza un recuerdo de aquellos días mmmm como ya dije del servicio de comedor, solían encargarse de él íntegramente las tres monjas que vivían en el colegio, y debo admitir que eran bastante estrictas. Recibí más de un tirón de orejas o colleja por parte de esas hermanas, en algunas ocasiones merecidas y en otras no tanto. Por ejemplo, hubo un incidente en el que encontré algunos bichitos haciendo submarinismo en mi sopa, seguramente debido a la pasta que estaba picada. Levanté la mano y dije: "Hermana, esta sopa tiene hormigas". Su respuesta fue tajante: "Pues cómetela, que tiene más alimento". Esto fue seguido de una sonora colleja educativa, jejejeje. Afortunadamente, para mí, ese día no fue mi paladar el que lidio con la sopa gracias a Miguel, apodado "Miguel el Simbólico", o "Simbólic" para los amigos, por razones que se pueden imaginar.

Miguel tenía algunas dificultades intelectuales, por no decir que tenía fundidas algunas luces de su cabeza, pero aun así le teníamos mucho cariño y lo protegíamos. Aunque a veces, la supervivencia superaba ese cariño... Miguel siempre se alegraba de que no me gustaran algunos de los platos del menú, como el del postre de mermelada aguada que algunas veces nos servían, ya que significaba que repetiría más de un plato, entre ellos el mío y el de algún otro compañero de la mesa, además, le encantaba la sopa, lo cual es fácil de deducir quién se comía mi plato con aquellos cadáveres de bichitos flotantes y cocidos de la pasta picada. Ahora entiendo aquello de "cueces o enriqueces", jajajajaja.

Nunca llegué a recolectar dinero con una de esas huchas del Domund, pero puedo asegurarte que para los niños de nuestra época, abrir una de esas huchas y desviar alguna calderilla era una tentación que fácilmente se pasaba por la cabeza, al igual que ocurría con las latas de donación para el cáncer o la Cruz Roja. La picaresca española comienza desde temprana edad, como podrás imaginar. Estas huchas del Domund, que me parecían como cabezas reducidas de jíbaros, a menudo las veía en las mesas de los profesores, usadas como pisapapeles o decorando la parte superior de los armarios del comedor. También recuerdo que había una gran colección de ellas en una sala sobre el claustro de la iglesia, donde solíamos tener clases de catequesis.

Esto era bastante común en mi colegio, ya que la iglesia estaba muy involucrada en el movimiento misionero y en el Domund. Por tanto, tenía sentido ver esas huchas como decoración, aunque ya no se utilizaran. Quien me hubiera dicho a mí que hoy en día, estas huchas de porcelana serían tan apreciadas en el mercado del coleccionista y pueden alcanzar precios desorbitados de entre 100€ y 500€ o incluso más, según su estado de conservación... Ay, si lo hubiera sabido antes, fijo que hubieran desaparecido del colegio todas aquellas cabezas reducidas, jejejeje. Por cierto, es importante tener cuidado con las imitaciones de plástico o algunas de barro fabricadas en la actualidad, ojo si quieres hacerte con alguna.

Si te preguntas qué es el Domund, aquí tienes una breve explicación: El Domingo Mundial de las Misiones (Domund) es una colecta anual de la Iglesia Católica, en la que se recaudan fondos para la misión y ayuda a las misiones en todo el mundo. Las "huchas del Domund" son pequeñas alcancías o huchas donde las personas pueden donar dinero para esta causa. Estas huchas suelen distribuirse en iglesias, escuelas y otros lugares para fomentar la contribución a las misiones católicas.

Estas huchas aportan años y años de historia. Las más antiguas, de porcelana y representando las diferentes razas y continentes, corresponden a los años 50's. Después se hicieron de plástico. Estas últimas fabricadas en forma de jarra y bola del mundo, ya están entre los 70's y los años 80's aproximadamente (supongo que la de las cabezas las retiraron porque daban un poco de grima, jajajajaja).

Aparte de las huchas que mencioné, también existían los sobres que se repartían en muchos colegios para que los padres, vecinos y demás familia de los alumnos depositaran sus donativos en el interior, aunque estoy seguro de que la mayoría de los sobres no siempre llegaban con la totalidad de los donativos, eso ya eran otros cantares. Solo digo que en la semana del Domund, la sala de recreativos que estaba al lado del colegio (los futbolines o billares, como solíamos llamarlos) estaba mucho más llena de lo habitual. ¿No te parece sospechoso...?

Y ya como recompensa, cuando llegabas a clase con un buen donativo en sobre o en hucha, solían felicitarte delante de los compañeros y hacerte un regalito, bien podía ser un banderín, una banda de tela, una chapita o pin, algún adhesivo o incluso algún carnet de socio como este que me dieron a mí y que os muestro en las últimas dos fotos... Ufffff anda que no ha llovido, el carnet es del año 1977 mmmm supongo que mi madre metería un buen donativo dentro del sobre que llevé a la escuela para que me dieran ese carnet. 





















Algunas de las imágenes fueron tomadas de internet, desconozco su autoría. Los créditos a quien correspondan. Gracias

sábado, 14 de octubre de 2023

LOS TESOROS DEL BAÚL DEL ABUELO

Es cierto que la tecnología y la sociedad han evolucionado rápidamente en las últimas décadas, lo que ha llevado a que muchos objetos y conceptos del pasado puedan resultar extraños o desconocidos para los niños de hoy en día. Aquí tienes un ejemplo de objeto que fácilmente podría ser confundido bajo la imaginativa mirada de un niño jajajajaja

sábado, 7 de octubre de 2023

FELIZ 65 ANIVERSARIO, PIXIE, DIXIE Y GATO JINKS. 2 PARTE.

Lo prometido es deuda y hoy es sábado, así que toca la segunda parte de este post con un poquito más de curiosidades sobre la serie de dibujos animados de Pixie y Dixie y el gato Jinks, y una entrañable historia completamente verídica de abuelo cebolleta.

Esta serie es muy recordada entre los castellanoparlantes, sobre todo por su doblaje. Pixie es un ratón que usa una pajarita redondeada de color azul; su acento al hablar es un tanto mexicano, y su amigo Dixie tiene acento cubano y usa un chalequito rojo.

Los pobres roedores andan casi todo el día correteando de aquí para allá, perseguidos por Jinks, un gato con pajarita picuda de color azul, con un característico acento andaluz muy rezalao. Jejejejeje.

Nuestro simpático felino a veces suele armarse con una escoba mojada o también con sartén en mano, blandiéndola al más puro estilo John McEnroe mientras persigue a nuestros risueños roedores.

De un argumento tan loco solo podía salir una genialidad como Pixie y Dixie y, por supuesto, mi queridísimo gato Jinks. Una clásica relación de amor-odio con todas las de la ley surgida en los estudios de Hanna-Barbera. ¿Dónde si no?

Los pobres ratones Pixie y Dixie, hartos de ser perseguidos por el gato Jinks y de escuchar aquello de "¡MARDITO ROEDORE!" (acordaros de que Jinks era andaluz), siempre estaban pensando en cómo poder vengarse y darle una buena lección a Jinks y, ya puestos, poder conseguir el queso que tanto ansíaban.

La serie "Pixie, Dixie y el gato Jinks" cuenta con un total de 56 episodios y su nombre original es: "Pixie, Dixie and Mr. Jinks". Creada y producida por Hanna-Barbera, los mismos que crearon "Tom y Jerry" para la "Metro Goldwyn Mayer".

Como ya mencioné anteriormente, esta serie nació hace 65 años, el 2 de octubre de 1958, en la televisión estadounidense, emitiéndose en la cadena "American Broadcasting Company" o, lo que es lo mismo y posiblemente con un nombre más conocido: "ABC".

Sobradamente, todos sabemos que los dibujos de esta compañía Hanna-Barbera (la misma de la que muchos pensábamos que era de una mujer que dibujaba de 10 con una gran, grandísima imaginación a la hora de crear personajes) dieron la vuelta al mundo y, por supuesto, muchos de sus dibujos estuvieron y están entre nuestros preferidos y son recordados con cariño por todos nosotros.




UN RECUERDO, UNA HISTORIA DE ABUELO CEBOLLETA.

Mi historia de abuelo cebolleta relacionada con estos dibujos o, más bien, se podría decir con su gato, el gato andaluz llamado Jinks, es la siguiente... Me traslado al "Día de Todos los Santos" de 1979. Mis padres fueron al cementerio como casi todos los domingos o días de fiesta para poner unas flores a nuestros seres queridos, pero en esta ocasión, siendo un día especial, también les acompañó mi tía Encarna (Ya os he hablado en alguna ocasión de ella, si ponéis "Encarna" en el buscador del blog, veréis unos post dedicados que estoy seguro os gustarán). Se fueron bien temprano para no encontrar mucho follón en el "Campo Santo", ya que siendo el día que era...

Yo creo que serían las 10 o las 11 de la mañana cuando entraban por la puerta de casa y escuchaba a mi padre diciéndole a su hermana (la tía Encarna) "No, te he dicho que no, no quiero animales en casa, es demasiada responsabilidad". Y ella le calló la boca cuando le dijo "Pues bien que tú tienes tres o cuatro jaulas con pajarillos, y a tu hijo pequeño seguro que le encantaría tener una mascota". Mi padre calló por unos segundos y después contestó. "mmmm, por eso mismo que dices, también es una razón para no tener al gato, a ver si el gato me tira las jaulas. Además, ¿no lo cogiste para tu hijo Juanito?"

Agudicé mi oído; estaban hablando de un gato, y mi tía intentaba convencer a mi padre para que nos lo quedáramos. Dejé todo lo que estaba haciendo y en un par de saltos me planté en medio de mis padres y de mi tía Encarna y con una gran sonrisa me quede mirando aquella simpática cabecita felina que salía del bolso de mi tía y me miraba con tiernos ojitos... "¡Siiiiiiiiiiiii, por favor, por favor, yo lo cuidaré y lo vigilaré y jugaremos juntos! Seguro que se portará muy bien". Esta vez habló mi madre y dirigiéndose a mi padre le dijo "Rafael, lo probamos dos o tres días a ver cómo se portan los dos y si no se portan bien, el gato se lo lleva tu hermana Encarna a su casa".

No hace falta decir que aquel pequeño minino, igual al de la foto del post, superó la prueba con creces. Todos le cogimos mucho cariño y fue uno más de la familia. Él y yo nos hicimos como uña y carne, y nunca mejor dicho, él ponía la uña y yo mi carne. Ufffff, menudos arañazos me pegó cuando le hacía enfadar, pero eso es otra historia. Él era un gato muy cariñoso y se hizo querer. Lo de los arañazos, mmmm, la verdad es que me los merecía por follonero. ¡MEA CULPA! Jajajajaja.

A la hora de ponerle nombre, fueron muchos los que barajé hasta que mi padre dijo "Jinks, el gato andaluz, ¿qué te parece?", me pareció ideal, ya que se trataba del nombre del gato de los dibujos que tanto me gustaban, primero porque ese gato era andaluz como yo y segundo porque me encantaban esos dibujos. Y una vez bautizado, recuerdo muy bien que pensé "mmmm, ahora falta el regalo de bautismo". Cogí una correa roja de unos viejos patines y se la puse de collar. Y no contento con aquello, le até a la correa un cascabel que saqué de una de las jaulas de los pajarillos que tenía mi padre. Así, siempre sabría por dónde andaba gracias al sonido del cascabel.

Cada mañana, poco antes de las 8.00 h, más puntual que un despertador, él conseguía lo que mi madre no podía para que no llegara tarde a la escuela. Se subía a mi cama y empezaba a ronronear, acariciando mi cara con su cabeza, y si no le hacía caso, que era lo que solía suceder, empezaba con su plan B, la segunda fase de la misión "tienes que despertar sí o sí" mmmm, a esta fase la podríamos titular "fase Llongueras". A lengüetazo limpio, empezaba a peinarme con su áspera lengua hasta que finalmente conseguía su propósito, que me levantara. Uffffff, eso era infalible, y no por la permanente que me hacía, más bien era por su aliento que tiraba pa tras y como un resorte hacía que saltara de la cama gritando: ¡Jinks, te huele el aliento a jurel fresco! jajajajaja, menuda imagen cuando me miraba en el espejo del baño; parecía un mini punkirulo con esos pelos de punta que me dejaba Jinks.

Durante muuuuchos años, cada vez que llegaba el "Día de Todos los Santos", recuerdo que le cantaba el "Cumpleaños Feliz" de los payasos de la tele y le abría una lata de foie gras MINA, que era el que compraba mi madre.

Como podréis ver, son grandes recuerdos los que tengo de esos dibujos animados y, sin duda alguna, entrañables y tiernos, ya que si pienso en ellos, ellos inevitablemente me llevan a recordar a mi querido gato Jinks.

Así que felicidades por partida doble. mmmm, una para los dibujos que cumplen 65 años, y otra felicitación para mi querida mascota, mi gato Jinks, aunque con unos poquitos días de antelación.


Jinks, ya han pasado muchos años desde que te fuiste, pero quiero que sepas que siempre te recuerdo y siempre estarás en mi corazón. Y que aunque sea simbólicamente, aquí te dejo tu pastel preferido... ¡FELICIDADES, JINKS!

lunes, 2 de octubre de 2023

FELIZ 65 ANIVERSARIO PIXIE, DIXIE Y GATO JINKS. 1 PARTE.

Hoy lunes 2 de octubre del 2023, una de las series de dibujos animados preferidas y más entrañables para mí, cumple 65 años y quiero hacerles un pequeñito homenaje con una imagen en la sección de "Nostalgia con Humor", y ya más tranquilamente el sábado hacer una segunda parte de este post homenaje, con más cosillas y curiosidades sobre estos divertidos dibujos mmmm ya puestos también os contaré el porqué son tan entrañables para mí, con una de esas historias de abuelo cebolleta que tanto me gustan contar, basada por supuesto en uno de mis recuerdos en una de mis vivencias, relacionadas con estos dibujos animados. Felicidades, Pixie y Dixie, y muy especialmente para ti Jinks!!!   

¡Felicidades, Pixie y Dixie, y muy especialmente para ti Jinks!