Lo prometido es deuda y hoy es sábado, así que toca la segunda parte de este post con un poquito más de curiosidades sobre la serie de dibujos animados de Pixie y Dixie y el gato Jinks, y una entrañable historia completamente verídica de abuelo cebolleta.
Esta serie es muy recordada
entre los castellanoparlantes, sobre todo por su doblaje. Pixie es un ratón que
usa una pajarita redondeada de color azul; su acento al hablar es un tanto
mexicano, y su amigo Dixie tiene acento cubano y usa un chalequito rojo.
Los pobres roedores andan casi
todo el día correteando de aquí para allá, perseguidos por Jinks, un gato con
pajarita picuda de color azul, con un característico acento andaluz muy
rezalao. Jejejejeje.
Nuestro simpático felino a
veces suele armarse con una escoba mojada o también con sartén en mano,
blandiéndola al más puro estilo John McEnroe mientras persigue a nuestros
risueños roedores.
De un argumento tan loco solo
podía salir una genialidad como Pixie y Dixie y, por supuesto, mi queridísimo
gato Jinks. Una clásica relación de amor-odio con todas las de la ley surgida
en los estudios de Hanna-Barbera. ¿Dónde si no?
Los pobres ratones Pixie y
Dixie, hartos de ser perseguidos por el gato Jinks y de escuchar aquello de
"¡MARDITO ROEDORE!" (acordaros de que Jinks era andaluz), siempre
estaban pensando en cómo poder vengarse y darle una buena lección a Jinks y, ya
puestos, poder conseguir el queso que tanto ansíaban.
La serie "Pixie, Dixie y
el gato Jinks" cuenta con un total de 56 episodios y su nombre original
es: "Pixie, Dixie and Mr. Jinks". Creada y producida por
Hanna-Barbera, los mismos que crearon "Tom y Jerry" para la
"Metro Goldwyn Mayer".
Como ya mencioné anteriormente,
esta serie nació hace 65 años, el 2 de octubre de 1958, en la televisión
estadounidense, emitiéndose en la cadena "American Broadcasting
Company" o, lo que es lo mismo y posiblemente con un nombre más conocido:
"ABC".
Sobradamente, todos sabemos que
los dibujos de esta compañía Hanna-Barbera (la misma de la que muchos
pensábamos que era de una mujer que dibujaba de 10 con una gran, grandísima
imaginación a la hora de crear personajes) dieron la vuelta al mundo y, por
supuesto, muchos de sus dibujos estuvieron y están entre nuestros preferidos y
son recordados con cariño por todos nosotros.
UN
RECUERDO, UNA HISTORIA DE ABUELO CEBOLLETA.
Mi historia de abuelo cebolleta relacionada con estos dibujos o,
más bien, se podría decir con su gato, el gato andaluz llamado Jinks, es la
siguiente... Me traslado al "Día de Todos los Santos" de 1979. Mis
padres fueron al cementerio como casi todos los domingos o días de fiesta para
poner unas flores a nuestros seres queridos, pero en esta ocasión, siendo un
día especial, también les acompañó mi tía Encarna (Ya os he hablado en alguna
ocasión de ella, si ponéis "Encarna" en el buscador del blog, veréis
unos post dedicados que estoy seguro os gustarán). Se fueron bien temprano para
no encontrar mucho follón en el "Campo Santo", ya que siendo el día
que era...
Yo creo que serían las 10 o las 11 de la mañana cuando entraban
por la puerta de casa y escuchaba a mi padre diciéndole a su hermana (la tía
Encarna) "No, te he dicho que no, no quiero animales en casa, es demasiada
responsabilidad". Y ella le calló la boca cuando le dijo "Pues bien
que tú tienes tres o cuatro jaulas con pajarillos, y a tu hijo pequeño seguro
que le encantaría tener una mascota". Mi padre calló por unos segundos y
después contestó. "mmmm, por eso mismo que dices, también es una razón
para no tener al gato, a ver si el gato me tira las jaulas. Además, ¿no lo
cogiste para tu hijo Juanito?"
Agudicé mi oído; estaban hablando de un gato, y mi tía intentaba
convencer a mi padre para que nos lo quedáramos. Dejé todo lo que estaba
haciendo y en un par de saltos me planté en medio de mis padres y de mi tía
Encarna y con una gran sonrisa me quede mirando aquella simpática cabecita
felina que salía del bolso de mi tía y me miraba con tiernos ojitos...
"¡Siiiiiiiiiiiii, por favor, por favor, yo lo cuidaré y lo vigilaré y
jugaremos juntos! Seguro que se portará muy bien". Esta vez habló mi madre
y dirigiéndose a mi padre le dijo "Rafael, lo probamos dos o tres días a
ver cómo se portan los dos y si no se portan bien, el gato se lo lleva tu
hermana Encarna a su casa".
No hace falta decir que aquel pequeño minino, igual al de la foto
del post, superó la prueba con creces. Todos le cogimos mucho cariño y
fue uno más de la familia. Él y yo nos hicimos como uña y carne, y nunca mejor
dicho, él ponía la uña y yo mi carne. Ufffff, menudos arañazos me pegó cuando
le hacía enfadar, pero eso es otra historia. Él era un gato muy cariñoso y se
hizo querer. Lo de los arañazos, mmmm, la verdad es que me los merecía por
follonero. ¡MEA CULPA! Jajajajaja.
A la hora de ponerle nombre, fueron muchos los que barajé hasta
que mi padre dijo "Jinks, el gato andaluz, ¿qué te parece?", me pareció
ideal, ya que se trataba del nombre del gato de los dibujos que tanto me
gustaban, primero porque ese gato era andaluz como yo y segundo porque me
encantaban esos dibujos. Y una vez bautizado, recuerdo muy bien que pensé
"mmmm, ahora falta el regalo de bautismo". Cogí una correa roja de
unos viejos patines y se la puse de collar. Y no contento con aquello, le até a
la correa un cascabel que saqué de una de las jaulas de los pajarillos que
tenía mi padre. Así, siempre sabría por dónde andaba gracias al sonido del
cascabel.
Cada mañana, poco antes de las 8.00 h, más puntual que un
despertador, él conseguía lo que mi madre no podía para que no llegara tarde a
la escuela. Se subía a mi cama y empezaba a ronronear, acariciando mi cara con
su cabeza, y si no le hacía caso, que era lo que solía suceder, empezaba con su
plan B, la segunda fase de la misión "tienes que despertar sí o sí"
mmmm, a esta fase la podríamos titular "fase Llongueras". A
lengüetazo limpio, empezaba a peinarme con su áspera lengua hasta que
finalmente conseguía su propósito, que me levantara. Uffffff, eso era
infalible, y no por la permanente que me hacía, más bien era por su aliento que
tiraba pa tras y como un resorte hacía que saltara de la cama gritando: ¡Jinks,
te huele el aliento a jurel fresco! jajajajaja, menuda imagen cuando me miraba
en el espejo del baño; parecía un mini punkirulo con esos pelos de punta que me
dejaba Jinks.
Durante muuuuchos años, cada vez que llegaba el "Día de Todos
los Santos", recuerdo que le cantaba el "Cumpleaños Feliz" de
los payasos de la tele y le abría una lata de foie gras MINA, que era el que
compraba mi madre.
Como podréis ver, son grandes recuerdos los que tengo de esos
dibujos animados y, sin duda alguna, entrañables y tiernos, ya que si pienso en
ellos, ellos inevitablemente me llevan a recordar a mi querido gato Jinks.
Así que felicidades por partida doble. mmmm, una para los dibujos
que cumplen 65 años, y otra felicitación para mi querida mascota, mi gato Jinks, aunque con
unos poquitos días de antelación.
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