Es impresionante el poder evocador que tienen algunos objetos, pasen los años que pasen, eso es lo que me sucede con baratijas como estas que llenaron nuestro tiempo de juego y que hoy os enseño, unos sencillos y simples juguetes que me transportan volando a mi niñez.
Tendría 6 o 7 años, pero recuerdo perfectamente aquel día, la Sra. Carmen, la vecina del principal tocó al timbre de la puerta de casa y preguntó si el avión de poliespán que ella llevaba en la mano era mío, estaba en mi patio me dijo, le contesté que no... Aunque a punto estuve de decir lo contrario jejejeje "posiblemente a algún niño de los edificios cercanos se le caería y aterrizó en mi patio, a saber de quién será, ten para ti", me lo ofreció diciéndome que dudaba que vinieran a buscarlo, porque llevaba ahí unos días y nadie preguntó por él, así que me dijo que me lo quedara yo (esa era la ventaja de ser el único niño de toda la escalera jejejeje) sin pensármelo dos veces lo cogí encantado, dándole las gracias efusivamente a la vecina.
Se trataba de un avión de poliespán, comúnmente conocido por la chiquillería de aquellos años como avión de corcho blanco aun estando pintado con coloridos motivos bélicos. Aquel pequeño avión que en manos de un niño tenía una medida considerable, fue el primero de muchos de estos planeadores de vuelo majestuoso con líneas aerodinámicas de los que tuve.
Se trataba de un planeador de la segunda guerra mundial, color verde oliva con una estrella blanca encerrada dentro de un círculo (la típica decoración americana) y volaba de lujo, un avión armable, fabricado con una fina plancha del mencionado corcho, dividido en cuatro partes: el cuerpo del avión, las alas grandes y las pequeñas del timón y la cuarta pieza tan solo era una pequeña y alargada grapa de metal que iba colocada en el morro del avión, a modo de estabilizador o contrapeso para lograr esos espectaculares vuelos.
No cabe duda que era un juguete sencillo como recordaréis, pero la mar de entretenido, siempre y cuando lo trataras con cierta delicadeza, ya que de lo contrario acababa lleno de trozos de cinta adhesiva que dejaban entrever sus heridas en combate.
Con el tiempo mejoraron algunos detalles de estos planeadores, como fue en el caso de la grapa de metal que llevaba en el morro, cambiándola por una de plástico a la que también se le podía incorporar una pequeña hélice dándole más realismo al pequeño aeroplano, desconozco si prohibieron la grapa de metal, pero creo que el cambio fue todo un acierto, ya que si conservabas el avión durante mucho tiempo la metálica grapa acababa oxidada.
Pues eso... Recordar es vivir y espero haberos hecho volar entre recuerdos jejejeje a esos momentos felices de vuestra-nuestra niñez con este post y con las fotos de los aviones de corcho blanco que saque hoy de "EL BAÚL DE HAL"
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