COPIAR O CORTAR Este primer código evita que copien los textos de tu página o blog Este segundo código evita que copien las imágenes y gif COPIAR O CORTAR YO TAMBIÉN LO TUVE! NOSTALGIA Y RECUERDOS DE LOS AÑOS 60 - 70 - 80 - 90's: UN DULCE RECUERDO DE LA ERA ESPACIAL (2ª PARTE CHICLES COSMOS)

sábado, 30 de noviembre de 2024

UN DULCE RECUERDO DE LA ERA ESPACIAL (2ª PARTE CHICLES COSMOS)

Hablar del chicle Cosmos hoy es como excavar en los recuerdos de una época mágica, donde la infancia se vivía a través de pequeñas pero inolvidables experiencias. Para muchos, estos chicles fueron más que un simple dulce: se convirtieron en un símbolo de la fascinación por el espacio y los avances tecnológicos que definieron los años 60's y 70's.

Hace unas semanas, le dedicamos un post a la icónica segunda versión del chicle Cosmos, con su envoltorio plateado sobre un fondo negro estrellado "EL CHICLE COSMOS NEGRO: UN VIAJE RETROESPACIAL" Aquella presentación tan especial y espacial jejejeje acompañaba al inconfundible chicle negro de regaliz mmmm un sabor atrevido para su época. Sin embargo, en esta ocasión vamos a retroceder aún más en el tiempo, a los años 60's para hablar de las versiones primigenias de este mítico chicle.

Fabricados por la empresa Chicles Americanos S.A., con sede en Pinto, Madrid, los primeros chicles Cosmos se ofrecieron en tres sabores clásicos: fresa, menta y el inconfundible regaliz negro. Aunque sus envoltorios iníciales no tenían el espectacular diseño de la versión plateada y estrellada que surgió después, ya incluían lo que se convertiría en su mayor atractivo: los cromos coleccionables.

Estos cromos, impresos en papel parafinado, capturaban imágenes de aviones, cohetes, satélites y otras maravillas de la aeronáutica. En plena Era Espacial, cuando la exploración del cosmos despertaba fascinación global, estos dibujos reflejaban a la perfección el interés de la época por los avances tecnológicos.

Completar el álbum asociado a estos cromos no solo representaba un desafío emocionante, sino también una oportunidad para ganar premios atractivos. Al enviar el álbum completo a la sede de la compañía, los niños podían recibir recompensas sorprendentes para su tiempo: balones, patines, relojes, cámaras fotográficas e incluso tocadiscos, un premio especialmente codiciado por los jóvenes melómanos, quienes soñaban con disfrutar de sus discos favoritos o animar guateques caseros.

El intercambio de cromos entre amigos y familiares fomentaba la interacción social, dejando una huella imborrable en la infancia de una generación. Más allá de los premios, completar el álbum era motivo de orgullo, un logro que celebraba el esfuerzo y la dedicación invertidos.

En aquellos días de finales de los 60's, el mundo estaba inmerso en la Era Space Age Fashion. Los avances tecnológicos, el primer alunizaje en 1969 y la creciente popularidad de la ciencia ficción llenaron la imaginación colectiva de sueños galácticos. Los niños aspiraban a ser astronautas, y los adultos seguían con asombro cada nueva misión de la NASA.

El chicle Cosmos fue un reflejo perfecto de esta fascinación. Tanto los kioscos como las revistas y álbumes de cromos adoptaron temáticas espaciales, y los dibujos de aviones, cohetes, satélites y naves se convirtieron en una ventana al futuro. Para los niños de la época, comprar un chicle Cosmos no era solo una forma de disfrutar de un dulce, sino también de sentir que formaban parte de esa gran aventura universal.

El Cosmos, con su particular chicle negro de regaliz y su conexión directa con los sueños espaciales, se destacó en un mercado lleno de opciones más convencionales. Aunque otros sabores como la fresa y la menta fueron populares, fue el sabor de regaliz y su llamativo color lo que lo hizo único, dejándolo grabado en la memoria de quienes lo disfrutaron.

Además, su diseño evolucionó con el tiempo. La versión plateada y negra, que como ya os dije homenajeamos en un post previo, llevó esta experiencia a otro nivel. Su envoltorio estrellado parecía transportarte directamente al Cosmos, haciendo que cada chicle fuera una invitación a soñar con aventuras espaciales.

Aunque el chicle Cosmos dejó de fabricarse hace décadas, su recuerdo sigue vivo en la memoria colectiva. Para quienes lo vivieron, es un símbolo de una época más sencilla, donde pequeños objetos como un cromo o un álbum podían ser la fuente de grandes alegrías. Para las nuevas generaciones, representa un misterio envuelto en un envoltorio espacial, una ventana a un tiempo en que el espacio era el mayor sueño de la humanidad.

El Cosmos no fue solo un chicle: fue un reflejo de la fascinación por el universo, un homenaje al ingenio humano y una pieza fundamental de la cultura popular de su época. Aunque el tiempo ha pasado, su sabor tanto literal como simbólico sigue siendo inolvidable para quienes tuvieron la suerte de disfrutarlo.

Recuerda mmmm la grandeza de la era espacial pertenece a los soñadores. ¡No detengas tus sueños!












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