Yo también lo tuve! Un monopatín Moby Board de G.A.C. que, para mí, fue el mejor del mundo. Recuerdo como si fuera hoy mismo el día que ese monopatín llegó a mis manos, o mejor dicho, a mis pies, al igual que también recuerdo el motivo de como acabé siendo su propietario, ya que antes tuvo otro dueño.
Vicente era un niño gordito con gafas de empollón y objeto de
burla por parte de los niños del barrio y de la escuela mmmm para entendernos y
aunque suene mal, Vicente era un pringadillo, un mindundi. Yo, sinceramente, no
me llevaba mal con él, simplemente no me llevaba, lo ignoraba, posiblemente
pensaba que era un perdedor, hasta que un buen día, Vicente llegó a la pista de
patinaje del barrio con aquel Super- Monopatín... Aquel Moby Board. G.A.C. de
competición, no sé de donde lo sacaría, lo que sí sé, es que no tenía ni puñetera
idea de montar en él, ni en ningún otro Skate, estoy seguro de que el pobre
solo lo traía para exhibirlo y así intentar hacer amigos.
Un día, me acerqué a Vicente, y le dije: "¿Me dejas dar
una vuelta? No te preocupes, no quiero quitártelo, ni rompértelo, solo quiero
darme una vuelta para probarlo...". Vicente desconfiado, pero al mismo
tiempo temeroso por mi reacción, si no me lo dejaba, accedió. Di tres o cuatro
vueltas a la pista de patinaje, de mi querido "Paseo de San Juan de
Barcelona" (la pista que os enseño en las fotos, retirada en los años
90's, una lástima...) ese Moby Board de G.A.C. era alucinante, una pasada, daba
la sensación de estar volando mientras ibas subido en él, silencioso, veloz,
muy ligero y sobre todo, de aspecto espectacular.
Después de aquel día Vicente venía cada día a la pista, y cada día me ofrecía aquella joya de cuatro ruedas de colores... "¿Quieres dar una vuelta con él?". Como no, yo aceptaba encantado. Gracias a aquel monopatín surgió una pequeña amistad entre nosotros, y ya cuando teníamos más confianza, el uno con él otro, yo le propuse muchas veces "Vicente, tú no sabes ir en monopatín, véndemelo, cámbiamelo por el mío". Incluso le pedí que me lo regalara, ya que mi cumpleaños estaba cerca mmmm bueeeeeno a dos o tres meses, es en octubre jajajaja, pero Vicente siempre se negaba.
Un día llegué al Paseo de San Juan y encontré a Vicente con
no muy buena cara, parecía que había estado llorando "¿Qué te
ocurre...?", me contestó señalando a un grupo de 5 o 6 chavales del
barrio, "aquellos no me aceptan entre ellos y para colmo no paran de
meterse y burlarse de mí, tanto en la escuela como aquí". En ese momento,
a Vicente se le encendió la bombilla de las ideas, y me hizo una propuesta, él
sobradamente sabía que yo quería su monopatín, así que sus palabras fueron
estas "si consigues que me admitan entre ellos, que no se vuelvan a meter
conmigo y me enseñas a montar en monopatín, entonces te cambiaré mi monopatín,
por el tuyo"
Mmmm antes de que Vicente terminara de hablar, lo cogí por el hombro y nos encaminamos hacia aquel grupo de chavales, con un par de narices, me plante en medio cerrando los puños y dispuesto a todo, el Moby Board de G.A.C. ya lo valía.
No llegamos a las manos y menos mal, porque eran demasiados
jajajaja, aunque se metieran con Vicente, en el fondo no eran malos chavales,
en mi colegio se los hubieran comido con pan Bimbo y a Vicente lo hubieran
dejado para el postre y la verdad yo ya estaba acostumbrado a jugar en esas
ligas, no como ellos que en el fondo eran unos bonachones. Les puse los puntos
sobre las "i" y desde aquel día, no solamente aceptaron al bueno de
Vicente en la pandilla, sino que también se forjó una buena amistad entre
aquellos chavales y yo, incluso puedo decir que entre ellos surgieron algunos
de mis mejores amigos, con una amistad afectiva, entrañable, leal y sincera.
Con algunos de ellos, sigo manteniendo una férrea amistad y
algunas veces, coincidimos y recordamos viejos tiempos, acabando con dolor de
mandíbula, de tanto reír (Miguel Andreu - Jordi Andreu - Jose María Alabart
Gutiérrez - Víctor Manuel Galindo Macario - Edgar Pérez y el bueno de David
Roca, entre otros).
Aaahh! Se me olvidaba, Vicente cumplió con su parte del trato
(por la cuenta que le traía jajajaja), yo le entregué mi monopatín marca
"APOLLO" que no estaba nada mal, pero era del montón y él me entregó,
uno de los bienes más preciados que tuve en aquellos años, el Super-Monopatín Moby
Board. G.A.C. para mí, como ya os dije, el mejor del mundo.
Años más tarde, fue heredado por mis sobrinos Dani y Mari
Loli (como muchos otros juguetes que tuve) y me llegaron noticias en más de una
ocasión, decían que no había monopatín en el pueblo (Cantoría, Almería) que
bajara calle abajo más veloz que aquel bólido de fibra de vidrio azul brillante
con sus llamativas ruedas de colores y sus ejes Toro, también a mis sobrinos
les dio muchas horas de juego y de victoriosas carreras con los críos del
pueblo, seguro que ellos guardan tan gratos recuerdos como yo de aquel veloz monopatín.
Por cierto, ya casi que me olvido de Vicente jejejeje juro
que yo lo intenté, pero Vicente nunca aprendió a ir en monopatín, era muy
patoso el pobre, y prefirió la bicicleta a la tabla con cuatro ruedas, pero eso
es otra historia, quién sabe mmmm puede que el próximo verano os la cuente.
Y subidos en nuestros monopatines, fue uno de los mejores veranos de mi vida… Un verano de principios de los 80’s, ya sé que parece un argumento de película de pandilleros, pero creedme, así fue y así lo cuento.
Las imágenes fueron recopiladas y extraídas de internet. Los créditos a quien correspondan. Gracias.
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