Dedicado con todo mi cariño para Fanny y Ramón.
El pasado 24 de junio, día de San Juan, estábamos comiendo en casa de unos muy buenos amigos y a la hora de tomar el café, Martina una pequeña chicho terremoto (pero un encanto de niña) ahijada de nuestros amigos y anfitriones Fanny y Ramón, sacó de no sé donde unos folios en blanco y unos lápices para dibujar mientras los mayores teníamos tertulia, tomábamos el cafelito, el cava y comíamos la típica coca de San Juan.
Pero mi gran sorpresa llegó cuando vi que encima de la mesa junto a las hojas de papel y los lápices que trajo Martina había algo más, en cuanto lo vi se me abrieron los ojos como platos y eso que los tengo pequeños.
Una lupa... Pero para mí no era una simple lupa, no era una lupa cualquiera, ese mismo modelo aunque de diferente color... Yo también lo tuve! Y la de diabluras que hice con ella jajajajaja sin dudarlo un momento, le pedí permiso a Fanny y a Ramón para llevármela a casa ya que tenía en mente hacer un artículo de las lupas de aquellos estuches de la "EGB" y las de kiosco al empezar las clases escolares en septiembre y quería fotografiarla junto a las que yo ya tenía, Ramón que es todo un trozo de pan me dijo "llévatela, te la regalo, es algo que no tiene valor" Aunque para mí sí que lo tenía, el valor era bien grande, un valor sentimental por aquellos recuerdos y ratos de risas que me dio aquel mismo modelo de lupa.
Le dije a Ramón que no, que se lo agradecía profundamente pero que me conformaba con que me la dejara solo para hacerle unas fotos junto a las lupas que yo tenía de kiosco y así fue...
Y hoy he aquí este pequeño y travieso retazo de mi niñez, pero este va con una dedicatoria muy pero que muy cariñosa para Ramón y muy especialmente para Fanny, que desgraciadamente nos dejó el pasado día 7 de agosto. Estoy seguro de que estará en un magnífico lugar por ser una gran mujer y también sé que podrá leer este post y alguna risa te echarás... Besos de nuestra parte Fanny, siempre vivirás en nuestros corazones y para tí Ramón ¡Muchos ánimos y mucha fuerza!
Aunque también los había más simples, de sólo un piso, pero a dónde quiero llegar es a que casi todos, de uno o más pisos llevaban una lupa, una lupa que la verdad poco uso apropiado se le daba para mirar a través de ella, más bien algunos niños la utilizaban para otros menesteres, como instrumento incendiario y pirómano, ya sé que es un instinto un poco más asalvajado pero se podría decir que era cosa de la chavalería de la época.
Aún vienen a mi cabeza recuerdos de mi niñez, juegos y travesuras como la de localizar un hormiguero en días soleados, la primera vez que vi aquello a unos críos mayores que nosotros, lupa en mano enfocando sobre aquellos pobres insectos pensé que solo querían verlos a través de la lupa de aumento, pero al poco tiempo me percaté de lo que estaban haciendo y sus devastadores resultados, estaban quemando a las pobres hormigas enfocando y concentrando los rayos del sol sobre ellas, esa fue la primera vez que vi los terribles resultados mortíferos y piromaníacos al utilizar una lupa, filtrando los rayos de sol sobre aquellos pequeños insectos, a decir verdad jamás utilicé dicho instrumento para quemar a aquellos pobres bichitos, pero como dice el dicho...
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra mmmm yo no podría tirar ni la primera ni segunda, ni ninguna otra piedra, no utilicé lupa para calcinar hormigas, pero la verdad que alguna de esas salvajadas también hice, como cazar una mosca y tirarla en una telaraña y ver lo contenta que Doña Tecla se ponía mientras la liaba y envolvía en su tela de araña y seguidamente se las llevaba a su despensa, meter un petardo en un hormiguero, llenarlo de agua, por no decir de otros líquidos más internos y cálidos mmmm como los de la canción que cantaban "Los Toreros Muertos: MI AGÜITA AMARILLA..." (Esto último estando en el campo o la montaña jejejeje).
Pero lo más curioso y mágico para mí, es algo que me enseñó mi padre en aquellos días soleados en el pueblo, en el patio de casa de mi abuela, rescatar o más bien pescar a una avispa que se había ahogado en la pila de lavar la ropa que siempre solía tener algo de agua, cogía al picoso alado ya muerto y bien ahogado y lo cubría enterrándola en la tierra, donde le diera bien el sol y aunque suena a película de terror os aseguro que la avispa resucitaba y de verdad que no es cuento, la avispa salía del montículo de tierra caliente, en plan zombi borracho y se las piraba volando haciendo eses.
Entre otras cosas cazar lagartijas, grillos ranas, renacuajos, culebrillas, saltamontes y otros bichitos, pero con estos que menciono, más que jugar a "American Psycho" prefería tenerlos como mascota y alimentarlos hasta que me durasen o hasta que me cansara de ellos y los soltara, puede que también le arrancase las alas a alguna mosca o bien las antenas a un par de gordonchas hormigas y ver como se peleaban hasta que una quedaba derrotada, ahora lo pienso y ufffff Obviamente no me siento orgulloso de aquello y no lo volvería a hacer ahora, es algo de lo que no me enorgullezco pero pienso que son cosas de esas que hacíamos los niños de antes.
Y ya cambiando de tema de los genocidios de esos indefensos y pequeños insectos, a las lupas también se les podía dar otras utilidades y esas sí que las puse en práctica, como gastarle una broma al amigote de turno que no sabía de los poderes del sol atravesando la lente...
"Ven, déjame tu brazo, te voy hacer un truco ya verás que cosquillas..." centrabas aquel rayo solar en un pequeño punto de luz en el brazo del amigo que a los pocos segundos retiraba rápidamente mientras echaba pestes por la boca mmmm ¡MAMOOOÓN!" era lo más suave que te podía decir, seguidos de unos cuantos insultos mas, acordándose de tus padres y hermanos y acabando diciendo ¡JODER COMO QUEMA! jajajajaja y te dabas cuenta del poder calorífico de aquellas lentes de aumento que llevaban los estuches - plumieres, aunque también las podías comprar sueltas en librerías, jugueterías o incluso en kioscos de la época, como las lupas de mi colección que saqué de "EL BAÚL DE HAL" Las de colores.
Pues sí... A falta de pan buenas son tortas, aunque en este caso yo diría que a falta de cerillas o mechero buena es una lupa (siempre y cuando tengamos sol...) Más de uno de aquellos primeros cigarrillos que me fumé furtivamente robado del paquete de "Rex" de mi padre, me los encendí con una lupa igual a las que os enseño.
Y aparte de jugar a quemar algún que otro papelote o cartón a lo pirómano con los amigotes, para poco más utilicé aquellas lupas, pero indiscutiblemente son parte de los juegos de mi infancia, de nuestra infancia... Ahora la única lupa que utilizo, es la del buscador de Windows jejejeje.
Que peligro! jejeje recuerdo muy bien la que tenía yo, era todo el plástico de pasta trasparente sin colores y algo más pequeña. Pero tenía un poder de concentración solar que ni te cuento!
ResponderEliminarEstoy seguro que tú también fuiste una buena pieza jajajajaja
Eliminar