COPIAR O CORTAR Este primer código evita que copien los textos de tu página o blog Este segundo código evita que copien las imágenes y gif COPIAR O CORTAR YO TAMBIÉN LO TUVE! NOSTALGIA Y RECUERDOS DE LOS AÑOS 60 - 70 - 80 - 90's: ALPINO, ESOS LÁPICES DE COLORES QUE PINTAN NUESTROS RECUERDOS.

sábado, 3 de febrero de 2024

ALPINO, ESOS LÁPICES DE COLORES QUE PINTAN NUESTROS RECUERDOS.

En el fascinante mundo de los coleccionistas de recuerdos, existen objetos que se convierten en iconos atemporales. Entre ellos para muchos destaca la emblemática caja de lápices de colores Alpino, que ha coloreado la creatividad y los dibujos de generaciones enteras. En mi caso, los primeros lápices de colores que tuve no fueron los protagonistas de este post, pero sí que fueron los segundos, y a decir verdad, los que más me duraron, mmmm digamos que al final "Bambi" se impuso sobre las huestes castellanas de las cajas de colores "Castilla". Las dos cajas de lápices de colores eran de los mismos creadores, la casa "Masats". De los lápices Castilla tengo un recuerdo agridulce, como ya conté en este post: "MI PRIMER DÍA DE COLEGIO" Pero también tengo que decir en su defensa que aquellos colores me duraron un suspiro, no por ser malos, ya que los dos modelos, tanto Castilla como Alpino, eran los dos de muy buena calidad, pero… Si quieres saber el motivo, pincha sobre el título del enlace que te dejé.

Y ahora centrémonos en los coloridos protagonistas de hoy. En este post nos sumergiremos un poquito en el nacimiento y la evolución de esta querida marca "Masats", cuyos orígenes se remontan a 1933 en Girona (Cataluña, España).

La historia de Alpino comienza con los hermanos Pere y Francesc Masats i Vilata, quienes, en 1933, trabajaban en una carpintería familiar donde se fabricaban juguetes de madera, allí se dieron cuenta de que era una lástima desaprovechar los trocitos de listones sobrantes. Así, mucho tiempo antes de que el reciclaje se pusiera de moda, decidieron buscarles alguna utilidad a aquellos pequeños restos madereros. En la cocina de su hogar, dieron vida a la idea de fabricar lápices con minas de colores. Los Masats le dieron esa segunda vida a los trozos de madera convirtiéndolos en lápices a partir de aquella idea que, según se cuenta, se inspiró en el proceso de fabricación de las butifarras. Lo que hicieron fue llenar el depósito de carne picada de la máquina de hacer embutido con pasta de grafito de colores y poner un agujero de salida mucho más pequeño, de manera que al girar la manivela salían hilos delgados de mina con la que podían rellenar los cilindros de madera.

El resultado fue tan satisfactorio que en 1943, la marca Alpino nació oficialmente, estableciendo su sede en Barcelona. Desde entonces y habiendo llegado a nuestros días, Alpino lleva dando color a la creatividad de los niños de toda España, niños de antes y también a los de ahora mmmm prácticamente es casi imposible encontrar a alguien que no haya tenido una de las emblemáticas cajas estuche con la montaña, el ciervo y por supuesto el legendario letrero colgado de un gigante lápiz con la indicación informativa de 10 km.

Estoy convencido de que los hermanos Pere y Francesc Masats, nunca se hubieran imaginado allá por los años 30's. Que lo que empezó siendo una artesanía complementaria dentro del trabajo de la carpintería familiar, acabaría convirtiéndose en una gran empresa lapicera a nivel internacional.

A continuación os dejo un par de curiosas anécdotas relacionadas con Alpino que seguro os gustarán.  Desde hace más de 80 años, el cartel que muestra un letrero que dice "10 km" en las cajas de lápices Alpino ha desconcertado a muchos usuarios. ¿A qué hace referencia esa distancia? ¿Qué se encuentra a 10 Km? Sigue leyendo y, si no lo sabes aún, mmmm pronto tendrás la respuesta a ese misterio.

El cielo azul sobre las cumbres nevadas, un bosquecillo de pinos a lo lejos, un cervatillo en escorzo y un lápiz que sirve de poste indicador para algo más allá en la lejanía, que queda a 10 Km de distancia. Generación tras generación de escolares han contemplado los mismos ingredientes en su caja de lápices de colores Alpino, fantaseando con horizontes lejanos en las horas lectivas de mayor tedio e inspirándose para enriquecerlas con sus propios garabatos.

La capacidad evocadora de la ilustración de la caja de lápices es poderosa y un usuario de Twitter no podía imaginar lo que desencadenaría allá por el 2017. Su reflexión escrita a modo de pregunta fue esta. "Pasan los años y sigo sin saber qué es lo que estaba a 10 Km…" Se lamentaba en referencia al cartel que, efectivamente, no parecía ni parece estar indicando nada en particular. El tuit corrió como la pólvora y se hizo viral, logrando un éxito instantáneo entre miles de otros nostálgicos, que aportaron sus respectivas teorías, preñadas de leyendas urbanas. Se desató la curiosidad y muchos usuarios admitieron que ni siquiera se habían fijado ni le habían dado importancia al detalle del letrero antes, pero ahora la incertidumbre y curiosidad los intrigaban.

10 Km, podría ser "la distancia que puede pintar de seguido un lápiz antes de gastarse por completo". O el trecho a recorrer para alcanzar "las montañas al fondo", los Alpes, de los que la marca toma el nombre. O incluso dónde están los propios "pinos" con cuya madera se fabrican los lápices. Pasan los años y sigo sin saber qué es lo que estaba a 10 Km… La propia compañía se hizo eco de aquel tuit y se implicó en el desafío tras leerlo. Si su post en su página de Facebook lograba 5.000 "me gusta", retaban, desvelarían el misterio. Mientras, seguían invitando a sus seguidores a buscar la solución.

Es un homenaje a "la distancia que había entre la casa de los hermanos gironeses Masats, creadores de la marca, y su fábrica", según algunos. Indica, por qué no, "dónde está la casa del abuelo de Heidi", decían otros. Pasada una semana la compañía consiguió y rebasó con creces los "me gusta" exigidos y se dio como respuesta lo siguiente: -Los hermanos Masats eran unos enamorados del paisaje alpino, de ahí el nombre y la iconografía escogida. En los primeros dibujos de la caja de lápices figuraba un pueblo montañés, que es a dónde señalaba el poste indicador con el cartel informativo de 10km. El pueblo no es "Maienfeld, el de Heidi", explicaron desde la compañía.

A medida que la marca fue creciendo, rediseñándose y modernizándose desde la fábrica de Barcelona a partir de los años 40's, el pueblo terminó desapareciendo, pero el cartel de 10km sostenido por un lápiz permaneció. Los creadores de Alpino nunca llegaron a especificar ni el pueblo ni la región de la que se trataba, lo que sí dijeron fue que les encantaban los paisajes de los Alpes y que se inspiraron en sus montañas para crear la mítica imagen de la caja de lápices, o eso cuenta la compañía. Y de este modo, un hermoso misterio de nuestra infancia llega a su conclusión y a su fin.

Otra curiosidad es esta, con un pequeño toque de humor, aunque no por ello menos preocupante… Si comparamos las ilustraciones más antiguas de las cajas Alpino con las más nuevas, mmmm se podría decir que Alpino es un claro comparador de cambio climático y, si no, echad una ojeada a este enlace: "ALPINO… COMPARACIONES QUE DAN QUE PENSARAlpino, con su diseño atemporal y su capacidad para evocar recuerdos entrañables, sigue siendo una presencia querida en la vida de niños y adultos por igual. La historia de Alpino es la historia de cómo una idea ingeniosa, combinada con la pasión y la dedicación, puede dar vida a algo tan simple como un lápiz y convertirlo en un símbolo de creatividad y nostalgia.

A pesar de las modernizaciones y ajustes en la apariencia externa y muy especialmente en los primeros dibujos de las cajas de lápices donde figuraba el pueblo montañés que al final fue desapareciendo, como sus otros elementos característicos, sus colores, las montañas, el cervatillo y el lápiz con la indicación de 10 Km que señalaba la distancia de aquel pueblo ya inexistente de las ilustraciones, han resistido el paso del tiempo (menos el pueblo mencionado). El departamento de marketing de Alpino destaca que este conservadurismo tiene la intención de hacer que los padres reconozcan la marca fácilmente en las tiendas.

La razón detrás de la aparente inmutabilidad de la caja clásica de Alpino se vincula estrechamente con la nostalgia. La capacidad de evocar recuerdos de la infancia, nos transporta a un pasado idealizado donde nos sentimos protegidos y refugiados. Los lápices, con su distintivo olor a madera, actúan como portales a esos momentos entrañables de recreo y amistad, eclipsando las tediosas tardes de deberes.

El ingenio de los hermanos Masats, que transformaron trozos de madera en herramientas para la creatividad, es un recordatorio de que incluso las ideas más simples pueden tener un impacto duradero, aun después de tantos años.









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