COPIAR O CORTAR Este primer código evita que copien los textos de tu página o blog Este segundo código evita que copien las imágenes y gif COPIAR O CORTAR YO TAMBIÉN LO TUVE! NOSTALGIA Y RECUERDOS DE LOS AÑOS 60 - 70 - 80 - 90's: LOS SALONES RECREATIVOS Y SU FAUNA GAMER

sábado, 27 de enero de 2024

LOS SALONES RECREATIVOS Y SU FAUNA GAMER

Hoy quiero recordar la fauna que pululaba por los míticos Salones Recreativos de los añorados años 80's. Aunque en realidad nunca los llamábamos así. Siempre nos referíamos a ellos como los Billares, los Futbolines o, en jerga callejera, Los Futbatas o los Chelines. Había tantas salas de este tipo en el barrio que a menudo era necesario especificar en cuál de ellas quedabas con los colegas. Conocí muchos locales de este tipo a lo largo de los años, y ahora y siempre me ha sorprendido el hecho de comprobar que cada uno de ellos albergaba con ligeras variantes, los mismos tipos de personajes.

En aquella década esas salas estaban en su pleno apogeo, marcando el camino para el desarrollo de la era de la distracción digital y otros juegos que nos entretuvieron, como los billares, futbolines, pinball, ping pong, etc. Y esta es la fauna que uno se podía encontrar en los salones del vicio jejejeje eso sí, le pondremos una pequeña nota de humor, y dedicaremos este post a todos aquellos que lo vivieron y deseen volver a recordarlo, y también para los que no llegaron a vivirlo... allá voy.

- El Encargado: También conocido como Jefe, era un tipo extraño y callado de mediana edad, pero a juicio de nuestros adolescentes ojos era ya un viejales o carroza. Él era el que se encargaba de dar el cambio de las monedas o de los billetes a los que iban con mucha pasta. Su delantal o riñonera cargada de monedas era el objeto más codiciado de toda la sala recreativa, de modo que el tipo siempre la llevaba bien amarrada. También era el encargado de arreglar los futbolines y los billares cuando las monedas se quedaban encasquilladas, algo que pasaba con frecuencia. El Jefe llegaba, abría la máquina y sacaba la moneda. Eso sí, siempre con mala cara y como si te estuviera haciendo el favor de tu vida. En teoría, uno de sus trabajos era también el de mantener la paz en caso de pelea y echar a los causantes, pero eso se lo pasaba por el forro y cuando había movidas desaparecía sin dejar rastro.

- El Enchufado: Normalmente se trataba del hijo o sobrino del encargado. Solía hacer acto de presencia los fines de semana escoltado por un nutrido grupo de amiguetes, sonrientes todos ellos ante la perspectiva de una tarde matando marcianos por la patilla. Lo primero que hacían al entrar era elegir recreativa. A continuación el padre o tío (el Jefe) sacaba de la riñonera o del bolsillo del mandil el juego de llaves, abría las tripas de la máquina y comenzaba a golpear con el índice el pequeño alambre en el que tropezaba la moneda al caer, mientras aumentaba en la pantalla el número de créditos hasta alcanzar una cifra que uno habría considerado imposible.

- El Atolondrao o el Murdock: Eran fácilmente detectables en una sala de recreativos y su identificación ni tan siquiera requería el uso de un test de inteligencia. Bastaba ver a alguien echando una partida en una recreativa sin que la máquina emitiese sonido alguno. Al acercarse uno podía comprobar cómo en la pantalla parpadeaba con tenacidad el mensaje "INSERT COIN". Si el chaval en cuestión soltaba avergonzado los mandos al percatarse de que su engaño había sido descubierto, todavía existía alguna posibilidad de cura jajajajaja. Si por el contrario, proseguía con su mascarada, adornándola, incluso, con sonidos guturales que pretendían simular disparos y explosiones, entonces ya no había duda: la enfermedad se había cebado en el pobre desgraciado y se trataba de un caso irrecuperable para la sociedad.

- El Crack: Estos sujetos solían tener entre 18 y 25 años, lo cual los convertían en los mayores y modelo de admiración del resto de personajes que pululábamos por ahí. Pelazo largo y una camiseta negra de algún grupo Heavy como uniforme oficial y alguna muñequera llena de remaches en punta. Jugaban sobre todo a las máquinas de pinball, pero también los podías ver jugando a otros tipos de juego, siempre dominando la partida y con un cigarrillo en la boca. De hecho, estoy casi seguro de que aquella chapa de metal donde se podían dejar los cigarrillos en las recreativas la pusieron por ellos y las quitaron cuando desapareció esta especie. Eran los mejores y lo sabían. Sus partidas se llenaban siempre de mirones y siempre estaban junto a las mejores pibitas de la sala. Había diferentes tipos de Cracks, algunos especializados en los pinballs, otros en juegos de coches, otros de lucha, algunos eran campeones de futbolín, etc. Todos ellos compartían un carácter tranquilo y callado, pero cuidado no les tocases las narices, ya que se podía desatar el apocalipsis, una tormenta de truenos sin luz.

- Los Mirones: Estos se diferenciaban entre el resto de personajes porque nunca los veías jugando a nada. Simplemente, se ponían junto a algún jugador y observaban atentamente todo lo que sucedía en la pantalla. Normalmente, se ponían junto a los Cracks, pero de vez en cuando, se podía ver a alguno de ellos junto a jugadores más normales. Algunos Mirones incluso llegaban a darte consejos en mitad de la partida, los cuales los convertían en una especie de guía en un desierto, sobre todo en juegos difíciles, si bien es verdad que la mayoría de las veces incomodaban más que ayudaban. Se rumorea que gracias a todo el aprendizaje obtenido tras años de observación, muchos de los Mirones acabaron como críticos de juegos en las revistas de la época.

- Los Chunguitos: Los peleones camorristas, los matones, los más bestias, brutos y bellacos. Siempre, siempre, siempre había miembros de Los Chunguitos en la sala. Normalmente, cuando había dos o tres no solía haber problemas, porque se limitaban a vigilar su territorio (casi siempre la zona de billares). Lo problemático era cuando se juntaban varios y se hacían la competencia entre ellos para ver quién era más chungo. Una de las actividades de esos personajes era pedir 5 duros a cualquier persona con pinta de pardillo que hubiera por la zona. También pedían cigarrillos, cervezas u otras cosas, pero lo estándar era la moneda de 5 duros. Otra actividad cotidiana de Los Chunguitos era la pelea, incluso se peleaban entre ellos cuando se disputaban el amor de alguna Piba, ya fuera una Piba Orco (fea) o una Piba Premium (guapísima). En esos momentos podía pasar cualquier cosa, y lo mejor era o bien salir para afuera, o bien intentar pasar desapercibido de la mejor forma posible.

- Las Pibitas: Era otra época y el mundo de las recreativas era algo casi exclusivo de hombres, por lo menos a lo que jugar se refiere, pero eso no significa que no hubiera chicas en los salones, ni mucho menos. Las Pibitas daban el color femenino que se necesita en cualquier sitio. Lógicamente había de todo: Estaban las Pibitas Orco, las Pibitas Normales y por encima de todas, las Musas, las Pibitas Pibones. Las Pibitas Orco solían deambular por el salón cual zombie en un supermercado. Normalmente estaban en grupo y alejadas del resto de seres, pero algunas veces se les podía ver junto al grupo de los Chunguitos, compartiendo cervezas, cigarrillos y fluidos. Ellos eran los únicos que tenían estómago para aguantar algo así. Las Pibitas normales por lo general solían ser amigas de los jugadores casuales que iban por ahí. Típica tarde de sábado que salías con tus amigos, ibas al cine y acababas en una sala recreativa, lo normal para las Pibitas Normales. Las Pibitas Pibones, o también conocidas como Pibitas Deluxe o Pibitas Premium eran semidiosas del Salón Recreativo. Movían sus caderas por la sala y hacían que el mundo se detuviese a su paso. Por regla general, solo se dejaban tocar por Los Cracks, puesto que la combinación de su condición de superjugador más su carácter introvertido y algo chulesco los hacía altamente atractivos para estas chicas. Algunas de ellas, sin embargo, abandonaron el grupo de Los Cracks y se fueron con Los Chunguitos, que fueron ganando el terreno poco a poco. A día de hoy, los hijos e hijas de esta combinación tienen nombres como Jonathan, Kevin, Jenny o Jenifer y se ponen nicks en internet del palo "Sa_Rubitah_toa_Wapa".

- Los Amigos Gorrones: Típico amigo que acude a tu máquina cuando metías una moneda de 100 pesetas y salía el típico mensajito de "PLAYER 2: PRESS START BUTTON" y ni corto ni perezoso apretaba el botón. Algunos decían "ha sido sin querer", otros "tío, es para ayudarte". Pero vamos… Todos eran unos gorrones. Con los Amigos Gorrones podías o bien discutir con ellos, o bien pasar del tema y seguir jugando. Normalmente, si de verdad su ayuda era válida en el juego, te olvidabas de que te acababan de soplar 1 crédito por el morro. Al fin y al cabo eran amigos. Esta táctica la utilizaban también algunos Chungos y en ese caso lo mejor era callarse la boquita y hacer como si no pasase nada, porque de lo contrario podías acabar perdiendo algo más que un crédito.

- Los Quinquis: Los Quinquis, Manguis o Chorizos no eran en realidad clientes de los recreativos, pero solían merodear por la zona en busca de sustento. Siempre en pareja o en grupo solían atracar navaja en mano a cualquier chaval que se dirigiera feliz y confiado con la paga del domingo hacia su recreativa favorita. Si ya te la habías gastado, entonces te quitaban el reloj o la cadena de la comunión. En aquella época preguntar la hora en una sala de recreativos era algo así como preguntar por el próximo gordo de Navidad mmmm ni Dios llevaba reloj, al menos a la vista.

Hoy en día las cosas han cambiado una barbaridad. Los salones de este tipo prácticamente han desaparecido, y los pocos que sobreviven lo hacen confinados en las zonas recreativas de los grandes centros comerciales, entre McDonalds, Starbucks y gigantescas salas de cine. Por otro lado, las recreativas que ofrecen dejan, para mi gusto bastante que desear. El otro día visité una sala que no tenía ni una triste máquina árcade matamarcianos. En su lugar encontré aparatosas máquinas de Baile, Basket, Fútbol y Carreras. Pero tampoco debe uno dejarse llevar por la nostalgia y derrumbarse. Al fin y al cabo existen buenos emuladores en internet y eso significa que puedo jugar al Space Invaders, Galaxian, Pac Man, Galaga y a otros clásicos, siempre que quiera y sin gastarme un duro.

Y hasta aquí llegan mis recuerdos de esas desaparecidas tribus que habitaban los Salones Recreativos en aquellos años, años que quedarón marcados en la mente y el corazón de un chavalín con aspiraciones a Crack y que se gastaba las monedas en maquinitas de Videojuegos, Pinball, Mesas de Ping Pong y sobre todo en Futbolines y Billares, jejejejejeje.

2 comentarios:

  1. Jodido explicarle a un adolescente actual que existían estos antros.
    Te dejo la clasificación de Pedro Vera.
    https://postimg.cc/gallery/2fQ4MM4H

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    1. Cuánta razón tienes, Langsdorff. ¿Cómo explicarlo…? Nos mirarían como si fuéramos cosas raras. mmmm, los que sobrevivimos a aquellos años ya somos una especie en extinción, jajajaja. Gracias por las viñetas de Pedro Vera… Hace rato que las leí y desde entonces no paro de reírme. Abrazotes!!!

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