COPIAR O CORTAR Este primer código evita que copien los textos de tu página o blog Este segundo código evita que copien las imágenes y gif COPIAR O CORTAR Yo también lo tuve! Nostalgia y Recuerdos de los años 60 - 70 - 80 - 90's: mayo 2025

sábado, 31 de mayo de 2025

BARBIE, UNA MUÑECA EMPODERADA

Esta semana tenía serias dudas sobre qué publicar. Tenía en mente dos posts que me hacía gracia escribir, pero fue TVE la que, sin saberlo, me ayudó a decidir.

Y al final… no escribí sobre ninguno de los dos que tenía pensados.

Resulta que la Primera Cadena no ha parado de anunciar el estreno de la película de Barbie, mañana en TV, y pensé: "¿Y por qué no dedicarle un post a ella? No estaría mal… ¿no?"

Así que aquí va. Dedicado a mi hija, con todo mi cariño... y un poco más.

Corría el año 1959. Mientras el mundo escuchaba a Elvis y los coches llevaban más cromado que sentido común, una mujer llamada Ruth Handler presentó al mundo su visión revolucionaria en la "Feria del Juguete de Nueva York": una muñeca adulta con curvas, sonrisa fija y tacones imposibles. Así nació Barbie (sí, por su hija Barbara... lo de Ken vino después, y no preguntes por Allan, el eterno secundario… mmmm, porque ya ni Barbie se acuerda de él).

El diseño se basó en una muñeca alemana de posguerra llamada Bild Lilli (originalmente... ¡una caricatura para adultos!). La historia siempre tiene capas ocultas.

Rubia, elegante, con piernas que desafiaban la lógica y el equilibrio, Barbie no era solo una muñeca, era un icono.

Yo viví de lleno el auge de los años 80's, y Barbie seguía siendo omnipresente: en aquellos días, en los anuncios, en los escaparates de las mejores jugueterías y, sobre todo, en la habitación de mis primas, que tenían una mansión rosa a medida de la muñeca, que parecía más cara que el piso de mis padres.

Mientras yo jugaba con Madelman y Geyperman, y algunos Airgam Boys que habían perdido más piezas que la vajilla del domingo, Barbie seguía siendo imbatible en el mundo de las pequeñas féminas.

La rubia muñeca cambiaba de carrera profesional más rápido que el camaleónico David Bowie (a quien le pusieron ese apodo por su habilidad para reinventarse constantemente, tanto en su imagen como en su música). Pues así era Barbie, cambiaba de estilo y de personaje en un abrir y cerrar de ojos: hoy azafata, mañana cirujana, pasado mañana piloto de F-16 con tacones… ya sabes: antes muerta que sencilla.

Y ojo, Barbie, esa muñeca empoderada, ya había sido astronauta en 1965 (antes que nuestro querido "Madelman astronauta 2001", que salió en 1968). O sea, que fue al espacio antes que muchos hombres de plástico y también de carne y hueso con traje de la NASA. Y sin rastro de gravedad... ni de celulitis, jejejejeje.

Los años pasaron, como las cintas del VHS. Un día, sin darme cuenta, me convertí en padre. Primero de un niño (todo un campeón), y pasados unos añitos, de una preciosa niña rubia, rubia de verdad, con unos preciosos ojos azules, cariñosa y una sonrisa que te ilumina el alma… mmmm, y también con una pasión por las muñecas que venía de serie, y sobre todo, desde que supo decir "¡mía!", jajajaja. Pasó por todas: las Monster High, las Bratz, unas con alas, otras con colmillos... pero siempre volvía a Barbie, porque Barbie era la reina madre de todas.

En casa teníamos Barbie sirena, Barbie veterinaria, Barbie rockera, Barbie con perrito, con caballo, con coche, con cocina... ¡teníamos hasta la Barbie que no sabíamos qué era, pero venía con muchos accesorios!

Y, por supuesto, todo era rosa. Porque el rosa ha sido el color favorito de mi hija desde que era una renacuaja. Si algo no era rosa, no era digno de atención. Le chiflan los pastelitos Pantera Rosa, los Crocs rosas, los vestidos ros... Bueeeeno, ¿para qué continuar? Ya os lo podéis imaginar. Mejor pongo: etc., etc., ¡ROOOOSAAAAA!

Y aunque al principio yo decía: "yo en mis tiempos jugaba con mis muñecos de acción, con pistolas, o con mi TENTE… y esto eran cosas de chicas", acabé organizando desfiles de moda, bodas Barbie-Ken con gominolas de invitados, y construyendo rampas con cartón para sus coches. Me sabía los catálogos mejor que las instrucciones del Ikea.

Recuerdo que no le gustaban Los Simpson. Decía que eran feos. Pero cuando su hermano mayor los veía, y ella estaba por ahí jugando o haciendo cualquier cosa… bastaba que Lisa empezara a hablar de su Barbie Stacy Malibu para que mi hija saliera disparada al salón y se quedara embobada mirando esas escenas.

Esas Barbies de dibujos tenían el mismo efecto que un imán sobre una caja de clips.

Y cuando se estrenó la peli de Barbie en los cines hace un par de años… no solo tenía las entradas con mucha antelación, ¡sino que también se presentó en la puerta del cine dos horas antes para ser de las primeras en entrar!

Yo la veía emocionada, vestida de rosa de pies a cabeza (última foto: ella es la culpable de este post, ella es mi Barbie preferida, mi Barbie hija, jejejeje), emocionada como si fuera a encontrarse con una vieja amiga.

Barbie ha sido muchas cosas. Algunas muy horteras (sí, Barbie discotequera de 1993, me acuerdo de ti), otras realmente inspiradoras.

Pero, sobre todo, ha sido parte de la infancia de generaciones enteras.

Y como padre que fue niño y creció en los 80's, ver a mi hija ilusionarse con las mismas muñecas que mis primas colocaban con mimo en sus estanterías, o en aquella pedazo de mansión de plástico rosa en aquellos años… es como encontrar un cassette de Aqua y su canción "Barbie Girl" en perfecto estado: nostalgia pura con olor a chicle de fresa.

Hoy mi hija ya es una mujer guapísima (aunque, ¿qué voy a decir yo?, pero en este caso es completamente cierto, jejejeje), y aún guarda una caja de Barbies sin abrir, como quien protege joyas de la corona.

Una caja que le trajo su Ken (Nico) de Estados Unidos, y no te lo pierdas… ¡mmmm, sin aranceles!

Y yo, que crecí entre espadas, pelotas, tirachinas y pistolas (entre otros juguetes de la época), miro esa caja sin abrir y pienso: Barbie… has sobrevivido a más de seis décadas, un cambio de siglo, varias crisis existenciales… y a una niña de cinco años con tijeras y rotuladores.

Jopeee, tíaaaa, te lo juro por Snoopy, jajajajaja... Eres muy grande, eres una leyenda que jamás pasa de moda. Y si no, que se lo pregunten a mi hija.





sábado, 24 de mayo de 2025

GHOSTS'N GOBLINS... ESE SÍ ERA UN JUEGO DIFÍCIL

Y ahora, en pleno siglo XXI, ves a gente diciendo que se ha pasado el Dark Souls y ya se creen semidioses del joystick… Qué bonito. Seguro que utilizaron guías sacadas de internet. Así, claro, muy fácil pasarse un juego. Son de esos que necesitan GPS para encontrar la nevera de su casa, jajajajaja.

Pero ahora hablemos en serio, hablemos claro, sin tonterías. Vamos a poner las cosas en su sitio: Ghosts 'n Goblins sí era un juego difícil. Te rompía el alma antes de que supieras deletrear "GAME OVER". Aquí no había guías que valieran, ni truquitos que te facilitaran las cosas. Aquí tenías una lanza, dos golpes y estabas muerto: el primero te dejaban en calzoncillos, el segundo, al hoyo. Sin ayudas, sin guardar partida, sin segundas oportunidades, y con un ejército de ultratumba salido del mismísimo infierno, un ejército que odiaba tu existencia.

La de monedas de cinco duros que me dejé en esa máquina, ya fuera en los recreativos o en el Canteira (Bar del Víctor), un bar del barrio donde también la tenían y solíamos ir toda la pandilla…

La misión de Sir Arthur era simple pero épica: rescatar a la princesa Prin-Prin, secuestrada por las fuerzas del mal, lideradas por el Rey Demonio Astaroth. Para lograrlo, tenía que abrirse paso por cementerios, cavernas infernales y castillos llenos de zombis, demonios y criaturas terroríficas, armado solo con su lanza (y algo de suerte). Todo mientras intentaba no perder su armadura… ni la paciencia. Y por si fuera poco, cuando al fin la rescata, el juego le suelta: "Bien hecho, ahora hazlo todo otra vez para ver el final verdadero". Así que su misión no solo era heroica, también era doblemente cruel.

Sigamos con un poquito de su historia: Fue en 1985, cuando Capcom nos regaló aquel reto al que pocos llegaron al final: Ghosts 'n Goblins, o como lo conocían en Japón, Makaimura. Este juego no solo nos metía de cabeza en un mundo oscuro y lleno de zombis, demonios y todo tipo de bichos infernales, sino que también ponía a prueba nuestra paciencia y reflejos como ningún otro.

Si alguna vez entraste a una sala recreativa en los 80's y viste a alguien jugar este título, sabías que esa persona tenía el bolsillo lleno de monedas o los tenía muy bien puestos, jajajajaja, porque sobrevivir a las embestidas de ese juego era casi una hazaña digna de leyenda.

El protagonista, Sir Arthur, no era un caballero cualquiera: tenía la peculiar habilidad de pasar de estar cubierto con armadura brillante a quedar en calzoncillos tras un solo golpe. Y no hablamos de un cambio de vestuario elegante, sino de la clásica imagen que ha quedado grabada en la memoria colectiva de muchos gamers como la personificación de la fragilidad en videojuegos. Ya sabes, dos golpes y adiós: vuelta a empezar. Porque Ghosts 'n Goblins era tan cruel como adictivo, con niveles que requerían precisión milimétrica y enemigos que parecían tener radar para encontrarte en el peor momento.

Una de las joyas del diseño era el mapa que aparecía antes de cada fase, un detalle que hoy podría pasar desapercibido, pero que en su momento era una genialidad. Este mapa te mostraba todas las pantallas que tenías que atravesar, un recordatorio visual de la odisea que te esperaba. Un momento de lucidez y de planificación antes de lanzarte al infierno… si es que podías aguantar tanto.

Sir Arthur tenía a su disposición varias armas, cada una con sus pros y contras. Desde la lanza inicial hasta el hacha y la antorcha, que tenían trayectorias complicadas, pasando por el cuchillo, el arma favorita de muchos por su rapidez, y el escudo, que aunque corto de alcance, podía destruir esos molestos proyectiles que te hacían la vida imposible. La clave estaba en aprender a manejar cada una según la situación, porque en un juego así, la improvisación era un lujo que no podías permitirte.

Aunque hubo versiones para consolas domésticas, para muchos la experiencia real fue en las salas recreativas, con ese joystick de palanca y los botones que parecían diseñados para torturarte. Y como si el juego no fuera ya lo suficientemente despiadado, para ver el final verdadero tenías que pasarte el juego dos veces seguidas, como ya os mencioné anteriormente. Sí, doble dosis de sufrimiento y gloria.



Tres años después, en 1988, llegó la secuela: Ghouls 'n Ghosts (Daimakaimura en Japón). Aquí Capcom subió el nivel técnico y también el nivel de desesperación. Los gráficos mejoraron, los escenarios se volvieron más variados y la música y los efectos de sonido atrapaban más que nunca. Pero la dificultad no bajó ni un ápice.

Se añadió la armadura dorada, un extra que no solo protegía más, sino que te permitía realizar ataques especiales con el arma que tuvieras equipada, un detalle que obligaba a pensar un poco más en la estrategia y no solo a disparar sin ton ni son. Y no todo era mejorar armamento o gráficos: apareció un hechicero que podía convertir a Sir Arthur en un pato o un anciano. Sí, un pato. Tremendo desafío ser un pato indefenso en medio de un apocalipsis demoníaco durante el tiempo que durara el hechizo.

El sistema de armas mantuvo la esencia del original, pero añadió variedad. Algunas armas seguían siendo lentas y difíciles de usar, mientras que otras como la daga y la lanza volvían a brillar por su rapidez y eficacia. La recogida de los bonus de cofres y armaduras era más frecuente y se volvió una parte clave de la estrategia para sobrevivir.

Y, por supuesto, la fórmula de la doble pasada para el final verdadero se mantuvo. Pero esta vez te regalaban un arma especial para la segunda vuelta, como una pequeña recompensa para los héroes de verdad que se atrevían a intentarlo dos veces.

Estos dos juegos no solo marcaron una época, sino que se convirtieron en referentes de lo que significa un reto de verdad en los videojuegos. Su legado se mantiene vivo y su dificultad sigue siendo legendaria. Para muchos, Sir Arthur no es solo un caballero: es el símbolo de la perseverancia.

Si creciste en los 80's o simplemente amas la historia del gaming, Ghosts 'n Goblins y Ghouls 'n Ghosts son juegos obligatorios. Porque más allá de la frustración, están llenos de momentos épicos, humor involuntario y un diseño que hoy sigue inspirando a desarrolladores de todo el mundo.

Pfffffff… Dark Souls. Jugar a ese juego es como darte un paseíllo por el prado recogiendo florecillas silvestres del campo, si lo comparas con Ghosts 'n Goblins o Ghouls 'n Ghosts. Esos sí que eran juegos con la dificultad puesta al 11 en una escala de 10, jejejejeje. Eso sí era ser un auténtico "GAMER".

Nada de checkpoints cada dos pasos, nada de guías en YouTube, nada de ayudas externas. Aquí era tú contra el juego. Una lanza, dos golpes, y una legión de enemigos que no te daban ni un respiro.

Por eso, si te atreviste con ellos, sabes lo que es sudar por cada píxel recorrido. Y si no lo hiciste, nunca es tarde para conocer de verdad lo que significa enfrentarte a un reto sin anestesia. Porque en esa época, no solo jugábamos… sobrevivíamos.

Este post subraya la dificultad brutal de Ghosts 'n Goblins frente a juegos más modernos como Dark Souls, que para muchos no llegan ni a rascar esa experiencia hardcore. No es solo un repaso histórico, sino una reivindicación del desafío puro y la verdadera escuela del dolor digital, esa que muchos gamers de hoy quizá no entienden o han olvidado.


sábado, 17 de mayo de 2025

MINUTOS MUSICALES: REBOBINANDO A LOS 80'S

Los años 80's nos dejaron una huella imborrable. Fue una década de colores vibrantes, música inolvidable y cambios culturales que marcaron generaciones. Desde los icónicos peinados hasta los primeros pasos de la tecnología moderna, todo en esa época parecía tener un espíritu único y rebelde. Mirar atrás es recordar una época donde la creatividad y la autenticidad brillaban con fuerza.

Y si hablamos de recuerdos, no podemos dejar de mencionar aquellos clásicos discotequeros que sonaron hasta la saciedad en discotecas y bares musicales. Éxitos por todos recordados, himnos de una era dorada que marcaron nuestras noches y corazones. Aquellas melodías pegajosas, esos sintetizadores inconfundibles, las luces de neón y las pistas de baile llenas de energía... todo eso forma parte de un legado que aún nos hace vibrar.

Hoy, muchos de esos temas siguen vivos, atravesando el tiempo como auténticos tesoros sonoros. Y algunos de ellos los escucharemos aquí, en nuestra sección de "MINUTOS MUSICALES", un espacio donde la nostalgia se convierte en música y cada nota nos transporta directamente a aquellos maravillosos años en los que todo parecía posible.



Sandra - María Magdalena



Fr David - Words



Laura Branigan - Self Control



Limahl - Never Ending Story 



Video Kids - Woodpeckers From Space



 A-ha - Take On Me



Nena - 99 Luftballons 



Culture Club - Karma 



Robin Gibb - Juliet



George Michael - Faith



Alphaville - Big In Japan



Modern Talking - Cheri Cheri Lady 


Kim Wilde - Cambodia



Midnight Oil - Beds Are Burning


Gazebo - I Like Chopin

sábado, 10 de mayo de 2025

LEVANTO MI VASO DE PISCO POR...

¡Habemus Papam!

Hace un par de días escuchábamos estas palabras en latín para presentarnos al nuevo Papa de Roma. Independientemente de cuáles sean mis creencias, mi mente viajó inmediatamente al Perú: pensé en Machu Picchu, en las gigantescas hortalizas que allí se cultivan, en las misteriosas piedras negras de Ica con sus imposibles grabados… y, por supuesto, en el aguardiente por excelencia, el pisco, ese licor de los Incas que condensa siglos de historia y tradición.

Y es que, curiosamente, Perú también está presente en esta elección papal. Desde la Plaza de San Pedro se escuchó el anuncio de que Robert Prevost, ahora León XIV, había sido elegido como el nuevo Papa de la Iglesia Católica. Nacido en Estados Unidos, el nuevo Sumo Pontífice mantiene un estrecho lazo con el Perú: se desempeñó como obispo de Chiclayo y fue nacionalizado peruano en agosto de 2015, por lo que cuenta con un DNI peruano vigente.

Así, entre las antiguas piedras de Roma y los vestigios sagrados de los Andes, este nuevo capítulo del Vaticano se entrelaza con el alma de un país que parece estar siempre presente, incluso en los lugares más inesperados.

Por eso levanto mi vaso de pisco y hago este brindis, y escribo este post jejejejeje dedicado a Robert Prevost y, sobre todo, a ese legendario licor peruano con el que brindo mmmm pero con una mención súper especial a esa botella que guardo en "EL BAÚL DE HAL". Una botella misteriosa que me trae muy buenos recuerdos de niñez y que a continuación relataré, junto con un poco de historia de su destilería.

 

LAS NEGRAS Y MISTERIOSAS BOTELLAS DE PISCO.

¿Recordáis aquellas misteriosas botellas de pisco que se pusieron tan de moda en los años 70's...? Eran negras como la noche, negras como el carbón, negras como las piedras peruanas de Ica. Solo el color ya resultaba curioso: un negro tan opaco que no dejaba ver el contenido de la botella. Pero no era el aguardiente de su interior ni el oscuro vidrio lo que más me atraía...

Me encantaba cuando íbamos a visitar a mi querida tía Encarna. Siempre me gustaba ir a su casa y curiosear las colecciones de mis primos, bastante mayores que yo, y todas las rarezas que me encontraba allí. Recuerdo una habitación llena de maquetas de aviones de guerra que montaba mi primo Pedro. Algunos estaban a medio montar o recién pintados sobre una mesa; otros, ya terminados, adornaban las estanterías… pero la mayoría colgaban del techo, atados con hilo de pescar. Aquello, para un niño de 9 o 10 años, era todo un espectáculo.

Y qué decir de los cómics de mi primo Juanito… Tenía unos de una Blancanieves muy ligera de cascos. A mí me encantaba ojearlos disimuladamente, sin que se dieran cuenta, claro. Jejejeje. Y los enanitos... ¡menudos golfos! A la mínima se bajaban los pantalones y ya os podéis imaginar la bacanal que se montaban. Pero bueno… dejémoslo aquí. Esa historia de la fogosa Blancanieves da para otro artículo. Y hablar del papa y de esa Blancanieves... mmmm, no, mejor lo dejamos para otro día. Que ya me estoy desviando por caminos que no pegan ni con pegamento.

Y aquí quería llegar... Otra de las cosas que siempre llamaba mi atención en casa de mi tia Encarna, era la decoración del mueble del comedor: una colección de botellas de licor de lo más curiosas. Había una con forma de pelota, otra de torero (con su inseparable compañera, la botella con forma de flamenca), algunas de futbolistas… y posiblemente más que ya ni recuerdo. Pero las que realmente me tenían hechizado eran aquellas botellas negras de pisco, el licor de los Incas. Botellas moldeadas con formas parecidas a las esculturas de la Isla de Pascua, los famosos moáis. Aunque mi favorita, la reina de la colección, era una que me recordaba a las cabezas reducidas de los shuar (más conocidos como jíbaros, nombre que les asignaron los españoles en tiempos de la conquista, aunque también se conocieron como los reductores de cabezas).

Vamos, que solo faltaba que, en cualquier momento, apareciera el querido Dr. Fernando Jiménez del Oso, de quien yo era gran fan, aunque luego por las noches no pudiera dormir tras ver sus programas de televisión, jajajaja. Para mí, aquellas botellas eran dignas de haber salido en sus míticos programas Más Allá o La Puerta del Misterio.

En definitiva, me gustaban tanto esas botellas y en especial la que os he mencionado que no paré hasta conseguirla. Pero no me conformaba con una vacía: yo la quería intacta, sin abrir, con su pisco setentero, su poderoso aguardiente y su tapon precintado y aún sellado. Me costó encontrarla, pero uno tiene paciencia y al final…

Pues eso: aquí os enseño esta fantástica botella vintage de pisco que hoy saco de mi baúl y fotografío para compartirla con todos vosotros. Y para terminar el post, os dejo un poquito de historia sobre esta destilería y sus curiosas botellas.

 

DESTILERÍA NOGUERAS COMAS.

La destilería Nogueras Comas, ubicada en Barcelona, España, fue una empresa destacada en la producción de brandy y otros licores entre las décadas de 50's y 70's. Aunque ya no está en funcionamiento, sus productos continúan siendo altamente apreciados por coleccionistas y entusiastas de los artículos vintage.

Lo que hizo única a Nogueras Comas no solo fue la calidad de sus licores, sino también el diseño artístico y cultural de sus botellas. La destilería sobresalió por crear envases distintivos de vidrio soplado y cerámica, con formas temáticas que reflejaban la cultura española y latinoamericana.

Algunos ejemplos de estos diseños incluyen: envases que representaban a damas andaluzas o gitanas empleados tanto para sus anises, como el famoso Anís Cristal Gitana, como para licores dulces como la crema de cacao, junto a botellas con forma de torero asociadas a su brandy o a un refrescante pippermínt, y otras con forma de cabeza inca (nuestra protagonista del post de hoy) utilizadas especialmente para su pisco, reflejan el carácter creativo y cultural del diseño de Nogueras Comas.

Además, la destilería también produjo ediciones limitadas y colaboraciones con el Club de Fútbol Barcelona (C.F. Barcelona), con botellas que hacían referencia a este equipo y otras relacionadas con el mundo del balompié. En algunos casos, incluso se diseñaron botellas con forma de pelota de fútbol imitando las setenteras Adidas Telstar en tamaño casi reglamentario jajajaja, eso sí, rellenas con buen licor.

Las botellas de Nogueras Comas siguen siendo objetos muy codiciados en el mercado de coleccionismo. Gracias a su singularidad y su valor histórico, estas piezas continúan siendo buscadas en plataformas de venta de artículos vintage. La graduación alcohólica de sus productos variaba entre el 30% y el 40%, y los materiales utilizados, como vidrio y cerámica, contribuyen a la exclusividad y el atractivo de estos envases.

En conclusión, Nogueras Comas fue una destilería emblemática cuya relevancia en la industria licorera de la época se refleja en sus innovadores y creativos diseños de botellas. Aunque la destilería ya no esté en funcionamiento, sus productos siguen siendo altamente valorados por los coleccionistas, consolidando su legado en el mundo de los licores y el arte del diseño.

 

¿EL PISCO ES PERUANO O CHILENO?

Como dato curioso, os contaré que existe un conflicto entre Perú y Chile sobre el pisco. El pisco, un aguardiente de uva cuyo nombre proviene del quechua "pisku" (ave), tiene su origen en el valle de Pisco en Perú, donde los Incas lo bautizaron así por la gran presencia de aves en la zona. Perú defiende que el pisco es una bebida con denominación de origen, ligada exclusivamente a regiones productoras peruanas como Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna, y elaborado con variedades de uva como la "Quebranta". Según la legislación peruana, solo el licor producido en estas zonas puede llamarse pisco, del mismo modo que solo el espumoso producido en ciertas regiones españolas puede llamarse "cava".

Sin embargo, Chile sostiene que "pisco" es un término genérico que describe un tipo de aguardiente de uva, producido legalmente también en las regiones chilenas de Atacama y Coquimbo. Aunque Chile no niega que el pisco surgió primero en Perú, argumenta que por razones comerciales y de exportación, la bebida se desarrolló también en su territorio y que el nombre se volvió común. Además, gracias a su estrategia de marketing, el pisco chileno se hizo más conocido en el exterior.

Este enfrentamiento ha sido catalogado como uno de los conflictos más tensos entre Perú y Chile, incluso más que disputas históricas por territorios. Mientras que en Chile más del 80% de la población consume pisco, en Perú solo lo hace un 10%, a pesar de que defienden su origen con documentación histórica desde el siglo XVI.

El pisco peruano es considerado un destilado más puro y tradicional. Se elabora sin agregar agua, con una sola destilación directa del mosto de uva fermentado y no se guarda en barricas, lo que preserva su sabor original. Solo se produce en zonas específicas del Perú y está estrictamente regulado por su denominación de origen. Usa tanto uvas aromáticas como no aromáticas, como la famosa Quebranta.

En cambio, el pisco chileno tiene una elaboración más flexible: puede destilarse varias veces, se le puede añadir agua para ajustar el grado alcohólico, y sí se permite su guarda en madera. Aunque también usa uvas como la Moscatel, su normativa es distinta y el enfoque suele ser más industrial y comercial.

Ambos países lo defienden como propio, pero sus métodos de producción y filosofía detrás del licor son bastante distintos.

Con todo mi respeto, dudo mucho que el actual Papa León XIV haya utilizado pisco en sus misas, pero lo que tengo claro es que levanto mi botella y le deseo toda la suerte en su mandato, con la esperanza de que logre traer paz a este caótico mundo, que últimamente está más revolucionado que nunca. Y, si seguimos así, no sé a dónde llegaremos.

Salud para todos... ¡GLU, GLU, GLU! Que nunca falte una buena botella de pisco para acompañar esos grandes momentos especiales.








domingo, 4 de mayo de 2025

AROMA DE UNA NOCHE DE VERANO

Como cada primer domingo de mayo, llega el Día de la Madre. Este post quiero dedicárselo a todas las madres, y hoy, con una mención especial para una en particular.

Corría el mes de julio de 1989. La televisión aún era un armatoste enorme con pantalla abombada, la música se grababa en cassettes que rebobinábamos con un bolígrafo BIC jajajajaja, y los teléfonos estaban anclados a la pared del salón o aposentados en una pequeña mesita, con su base bien conectada con un cable sujeto a la pared. A su vez, el teléfono estaba unido a la base con aquel cable enroscado que parecía tener vida propia. Yo tenía poco más de veinte años y hacía ya un par de meses que me había licenciado del servicio militar.

La "mili", como todos la llamábamos, me había dejado más que recuerdos: me había cambiado. Atrás quedaban los días de instrucción, las botas que dolían, las guardias, los madrugones sin sentido y ese sargento que se creía John Rambo y que parecía disfrutar gritando más que respirando. Pero también me dejó algo bueno: una pizca de orden, cierta templanza, y, como decía mi padre con tono entre serio y burlón: "Echaste más formalidad, hijo". Y puede que tuviera razón.

Antes de la mili, la vida era un desfile de fiestas, amigos, risas fáciles y resacas heroicas. Salía cada fin de semana como si no hubiera un lunes. Me gustaba conocer chicas, coquetear con ellas o lo que surgiera, reír, escuchar música… y, sobre todo, sin atarme a nada ni a nadie. Nada de corazones entrelazados; no quería compromisos que seguro no cumpliría. La libertad era mi única compañera, y me bastaba.

Pero al volver, todo empezó a saber diferente. Las fiestas ya no tenían el mismo sabor. Las conversaciones se me hacían repetitivas, y las noches largas empezaban a parecerme más vacías. Algo dentro de mí había girado, aunque yo aún no sabía qué estaba buscando. Quizá solo esperaba que la vida, en su misterioso vaivén, me sorprendiera.

Y vaya si lo hizo.

Un veraniego sábado noche cualquiera, de esos en los que uno sale sin esperar nada, ocurrió algo que lo cambió todo. Una amiga me presentó a una amiga suya, y, como dice la canción, "la amiga de mi amiga se convirtió en mi amiga" jejejejeje.

—Mira, esta es Judith. Es una amiga del trabajo —dijo con naturalidad mi conocida.

Nos dimos los dos besos de rigor, uno en cada mejilla, como marcaba la costumbre. Y ahí comenzó todo. No fue su sonrisa, aunque era bonita, ni sus ojos, aunque tenían una chispa especial, ni siquiera su voz, que era suave y me encantaba. Fue su olor.

Un aroma fresco, juvenil, desenfadado… como ella. Un perfume que parecía tener personalidad propia. No sé cómo explicarlo, pero ese olor me golpeó como una ola fresca en aquella calurosa noche de verano. Me quedé un segundo en el aire, como atontado, aspirando ese aroma que quedó flotando incluso después de que ella se apartara. Fue como si algo se activara en mí, algo dormido, algo que no sabía que estaba esperando a despertar.

Esa noche no pasó mucho que digamos, pero hubo momentos muy mágicos. Charlamos un poco, reímos, compartimos alguna copa. Nada de promesas de amor eterno. Eso sí, sí que hubo algún beso robado y alguna sonrojada sonrisa. Cuando comenzó a salir el sol, nos despedimos. Yo me fui a casa como quien ha visto un amanecer inesperado: confundido, emocionado, queriendo más. Eso no era habitual en mí. ¿Qué me estaba pasando…?

Por suerte, la vida y esa amiga en común se encargaron de que volviéramos a coincidir. Y poco a poco empezamos a hablarnos más, a buscarnos sin que pareciera intencionado, a conocernos sin prisas. Cada vez que nos acercábamos, ese perfume me recordaba que estaba justo donde quería estar.

Perdonad, aún no dije qué perfume o, mejor dicho, qué colonia era esa… Eau Jeune Senteurs Fraîches. Esa fue una fragancia que me marcó y también marcó una época. Esta colonia fue lanzada en 1977 y rápidamente se convirtió en parte del imaginario de una generación. Su aroma fresco, cítrico y atemporal, con toques sensuales y contrastes entre notas florales, amaderadas y especiadas, dejaba una estela inolvidable, mmmm, que me lo digan a mí jajajaja.

En 1979, un anuncio televisivo emitido en España ayudó a consolidar la popularidad de Eau Jeune. Aquel spot es especialmente recordado por su melodía breve y pegadiza, con una letra que decía: ♫♪♫♪ Vísteme, Eau Jeune… Vísteme con tu frescor, a flor de piel (Eau Jeune), ven, acércate a mi piel… Viste, Eau Jeune ♫♪♫♪. 

Esa fue una adaptación de la canción "Many Rivers to Cross" del músico jamaicano Jimmy Cliff. El anuncio se mantuvo en emisión durante varios años, convirtiéndose en uno de los más recordados de la época. Seguro que lo recuerdas, pero si quieres volver a verlo y escucharlo, te lo dejo aquí: ANUNCIO COLONIA EAU JEUNE. Hoy, al evocarlo, no solo recordamos un perfume, sino también un fragmento de la memoria colectiva ligado a la juventud de muchos, y en este caso, a la mía y a la de Judith.

Pasó el tiempo, y aquella chica (Judith) se convirtió en mi compañera de vida. La mujer con la que construí un hogar, con la que formé una familia, con la que comparto risas, silencios, enfados tontos y reconciliaciones sabias. La madre de mis hijos, mi amiga, mi cómplice, mi amor.

Y ese perfume… ese perfume siguió en mi memoria, aunque con el tiempo fue una de esas colonias intermitentes que aparecían y desaparecían del mercado, y que, con los años, volvieron a fabricarse con una continuidad más asidua, mmmm, pero por mucho que la botella se pareciera o que llevara el mismo nombre, ya no olía como yo la recordaba. Como si fuera aquel hilo invisible que unía el pasado con el presente. Por eso, un día busqué y encontré esta botella de los 80’s. La que recuerdo de nuestra época, con aquel recordado perfume, y la guardé. Por nostalgia, por amor, por memoria, por ternura, por ilusión.

La metí en una cajita y, a su vez, en lo que llamo "EL BAÚL DE HAL". Mi baúl mágico. Baúl lleno de recuerdos del pasado, donde guardo mis pequeños tesoros: y dentro de esa cajita, una carta de amor leída mil veces, un par de entradas de Pink Floyd, una foto descolorida de mi 21 cumpleaños celebrándolo juntos… y esa botellita de colonia.

A veces, cuando me invade la melancolía, la abro y la huelo. Y en ese instante, viajo en el tiempo. Vuelvo a esa noche de 1989. A esos besos de presentación o a los dulces besos robados. A ese clic invisible. A ese punto exacto donde mi vida tomó el rumbo más importante sin que yo me diera cuenta.

Hoy, que se celebra el Día de la Madre, quiero contarte esto, mi amor. Porque no solo eres una madre maravillosa, generosa y luchadora, que lo eres, sino que fuiste, eres y serás la mujer que cambió mi vida con solo un saludo y un aroma inolvidable a mandarina.

Gracias por aquella noche. Gracias por cada día desde entonces. ¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!