Aquí os presento a mi amigo Simon, aunque dudo mucho que este juego necesite presentaciones.
Fue uno de los primeros juegos integrados en un chip, apareció en las
Navidades de 1978. Mi amigo Simon es considerado hoy en día como uno de los
juegos más representativos del Siglo XX.
Comercializado por Milton Bradley (MB) y creado por Ralph H. Baer (autor de
la Magnavox Odysey, primera videoconsola de la historia) y Howard J. Morrison,
el Simon engancharía a pequeños y mayores con su sencilla y adictiva mecánica,
vendería millones de unidades en todo el mundo y se transformaría en todo un
símbolo de la cultura pop de los años 80's.
El juego consta de cuatro botones cada uno de ellos de un color diferente
(amarillo, verde, rojo y azul) que emiten luz y sonido al pulsarlos.
El jugador debe pulsar los botones en la misma secuencia que el juego indique,
la secuencia de botones que hay que repetir, se comienza con un único botón y a
medida que se vaya acertando, ésta se irá incrementando con un nuevo botón
aleatorio que tendremos que memorizar para después pulsar junto con todos los
demás, en el orden requerido por Simon.
El jugador pierde cuando comete un fallo al pulsar un botón equivocado, o
se gana al conseguir repetir pulsando correctamente la secuencia en su orden.
El juego tiene tres variaciones seleccionables desde uno de los
interruptores de la carcasa, el otro interruptor permite seleccionar el nivel
de dificultad.
- Primera variación: El jugador simplemente tiene que repetir la secuencia
de botones marcada por Simon, según la dificultad, ganará a los 8, 14, 20 o 31
pulsaciones repetidas correctamente.
- Segunda variación: El jugador crea su propia secuencia de botones en
cualquiera de los cuatro niveles de dificultad, Simon elige el primer tono y
color, seguidamente deja al jugador hacer la secuencia que quiera.
- Tercera variación: Cada uno de los jugadores sólo deberá pulsar su botón
dentro de la secuencia, el jugador que falle será eliminado (tanto él, como su
botón) y el último jugador que quede en pié, ganará la partida.
Me encantaba cuando lograba vencer al Simon y éste te daba la enhorabuena (o
su mensaje de rendición) parpadeando
rápidamente con sus luces emitiendo un complejo y armónico mensaje sonoro.
Un dato curioso es que en este primigenio modelo que os enseño, solía traer
una bombilla de recambio que incluía el fabricante en el interior del aparato y
puedo decir que en el mío sigue estando allí, esperando a tomar el relevo de
alguna compañera que se funda.
Una de las primeras cosas que miré cuando me lo regalaron, fueron las
tripas de Simon, para ver su estado y asegurarme de que sí, si tenía la
bombilla de recambio y sorprendentemente todo perfecto, aun después de todos
estos años que pasaron y con su bombilla de recambio en su sitio como el día
que salió de fábrica.
Simon, sus clones y variantes, como es la versión portátil Pocket entre
otras, en la actualidad se siguen fabricando, es un juego que no pasa de moda.
Bueno amigos, Simon dice... Que hasta la próxima publicación del "Yo
también lo tuve!"
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