Admítelo, tú de pequeño también intentaste equilibrar el interruptor de luz entre el ON y el OFF… Y lo sabes.
En la infancia, cuando no había móviles, consolas ni Internet para entretenernos, los niños éramos auténticos científicos locos. Y uno de los desafíos más intrigantes que alguna vez intentamos en casa fue:
¿Se puede dejar un interruptor de luz perfectamente en el medio, entre ON y OFF?
Era un reto de precisión, paciencia y, sobre todo, de rebeldía. No había una razón lógica para hacerlo, pero algo en nuestro interior nos impulsaba a intentarlo: empujabas el interruptor suavemente hacia arriba, lo bajabas lentamente, descubrías que, con la presión exacta, podías dejarlo en el punto medio… y entonces te quedabas mirándolo fijamente, como si hubieras descubierto el gran secreto del universo.
¿Qué iba a pasar? ¿Se apagaría solo? ¿Explotaría? ¿Se abriría un portal a otra dimensión? jajajajaja.
Si lograbas que se quedara en el medio sin moverse, la emoción era indescriptible. Tu corazón latía más fuerte, la luz titilaba como si el mismísimo destino estuviera en tus manos, y tú, pequeño ingeniero en potencia, habías logrado desafiar las leyes de la electricidad. Ay, si Nikola Tesla levantara la cabeza…
Pero el éxtasis duraba poco, porque en cualquier momento la luz podía encenderse sola, burlándose de ti, apagarse de repente como si nada hubiera sucedido o, peor aún, parpadear hasta que desde la cocina se escuchaba el grito de tu madre: "¡¿Quién está jugando con la luz?! ¡Esto parece una discoteca!"
Y lo peor de lo peor era cuando estabas completamente concentrado intentando poner el interruptor equilibradamente entre el ON y el OFF y…
¡PLAS! —¡Ayyyyy, eso dolió!
Te caía una colleja educativa inesperada de tu padre por la retaguardia.
"¡Deja de hacer eso, que quemaras la instalación!"
¿Se quemaba? ¿De verdad? Nadie lo sabía, pero el miedo a quedarnos sin televisión nos hacía desistir… Sobre todo cuando se fundían los plomos de aquel viejo contador a 125V, y nos quedábamos sin luz hasta que papá los puenteaba.
Hoy en día, con luces automáticas, focos LED y modernos interruptores, ya no le damos importancia a ese desafío. Pero si alguna vez pasas junto a un viejo interruptor de pared, sabes que la tentación sigue ahí… esperando a ver si todavía puedes lograrlo, jajajajaja.