Una Chochona para Montse.
Permitidme que os cuente una bonita historia,
una historia basada en hechos reales, muy, muy reales, aunque yo me haya tomado
la libertad de añadirle unos poquitos toques de humor de esos que me
caracterizan jejejejeje. También podría añadir que esta es una historia un poco
triste, pero que después de 37 años tendrá un final feliz para nuestra
protagonista y buena amiga, para Montse, a la que va dedicado este post.
Montse iba contenta y feliz cogida de la mano
de sus padres, montaría en el tiovivo sobre algún caballo y en el coche de
bomberos tocando incesantemente la campanita y el botón de la sirena, comería
algodón de azúcar o puede que una manzana de caramelo, difícil elección mmmm mejor
comerse uno de cada, ¿no?
A medida que iban acercándose a la feria se
escuchaban las sirenas y esas rumbas tan flamencas que los Chichos componían y
que tanto sonaban en los autos de choque (hasta que llegó la tecno rumba de
Camela jajajaja), pero por encima de este batiburrillo se escuchaba
repetidamente un cantarín estribillo que llevaron tatuado a fuego todos los
niños que pisaron las ferias de mediados de los 80's.
Estuvieras en la atracción que estuvieras, de
fondo siempre se escuchaba aquel estribillo a grito pelado... "Le ha
tocado la muñeca Chochona... ¡Una muñeca Chochona para el caballero! ¡Una
muñeca Chochona para la señora! Y otra y otra y otra muñeca Chochona."
Montse se preguntaba qué era eso de la
Chochona. Eso parecía una palabrota fea, ¿no? ¿Pero de dónde salía ese repetitivo
eslogan tan pegadizo...?
La duda se disipó al pasar por la tómbola,
allí estaba aquel señor tan escandaloso y dicharachero que gritaba "¡Y
OTRA Y OTRA Y OTRA MUÑECA CHOCHONA!" con aquella potente voz, fijo que
hubiera podido hacer un dueto al más puro estilo Freddie Mercury &
Montserrat Caballé jejejeje, pero volvamos a nuestra amiga Montserrat, no a la
diva, sino a nuestra pequeña Montse, a quien va dedicado este post.
Cuando Montse pasó por la tómbola, se quedó
boquiabierta, aquel tenderete de feria estaba lleno, repleto de coloridas
muñecas con cuerpo de trapo, cabeza de plástico y pelo de lana con aspecto de
fregona... Aquello fue amor a primera vista, Montse se olvidó de las atracciones,
Montse solamente tenía una cosa en mente, Montse quería una muñeca Chochona.
"Mamá, papá. ¡Yo quiero una Chochona, me
gusta la Chochona, yo quiero una Chochona...!". Y para contentar a la
pequeña Montse, sus padres, Antonia y Daniel, decidieron probar suerte, parecía
algo sencillo, aquellas muñecas tocaban muy a menudo, casi todos los niños y
niñas de la feria llevaban e iban abrazados a una de esas muñecas Chochonas.
"Por favor, por favor deme un par de
boletos" le pidió Antonia, la madre de Montse, al feriante de la tómbola y
este acercándole unos sobres le dijo "coja usted misma señora y que la
suerte le acompañe" solo faltaba que sonara la banda sonora de Star Wars
jejejejeje, pero nada, nada de Chochona, nada de premio. Esta vez fue Daniel,
padre de Montse, el que le dijo al feriante "caballero, deme usted un par
de sobres más, pero que sean de esos que tocan" le dijo mientras le
guiñaba el ojo al más puro estilo de Don Vito Corleone, pero nada, ni por esas.
Fueron muchos los sobres que los padres de
Montse compraron en aquella tómbola mientras veían a otros niños y niñas que
conseguían el preciado premio y ellos a pesar de todo el dinero que gastaron
comprando boletos, nada, nada, el premio nos les salía hasta que al final la
madre de Montse tuvo la brillante idea de ofrecerle dinero al feriante de la
tómbola y comprársela.
"Oiga, dígame cuánto vale la muñeca y
directamente se la compramos" la respuesta del feriante fue rotunda,
"no, lo siento señora, pero las muñecas no están en venta, lo tenemos completamente
prohibido, si ustedes quieren una muñeca tendrá que ser la suerte de la tómbola
la que lo decida". Supongo que al feriante le salía más a cuenta que le
compraran los sobres con el boleto en su interior y no que le compraran
directamente la Chochona.
Todo hubiera sido diferente si la muñeca se
hubiera vendido en tiendas, pero esta peculiar muñeca nunca se comercializó en
una juguetería, solo se fabricó íntegramente como premio para las tómbolas de
la feria y para hacerse con una había que acudir a la tómbola sí o sí y tener
un poquito de suerte, algo que parecía no tener aquel día los padres de Montse.
Daniel para consolar a su pequeña le dijo
"vamos a la caseta de tiro, seguro que allí te consigo regalitos, yo tengo
muy buena puntería, donde pongo el ojo, pongo el perdigón". Pero como ya
sabemos en estas casetas, aparte de cigarrillos o puros pinchados en un
palillo, llaveros y poca cosa más se podía encontrar en aquellas casetas y
claro, no se le iba a dar un cigarrillo Winston o John Player Special a la
pequeña Montse mmmm aún, aun si hubieran sido de chocolate... También estaba lo
de dispararle a las bolas de colores tipo futbolín que estaban aposentadas en
los estantes verticales, pero Montse ya estaba saciada de azúcar con aquel
pedazo de pegajoso algodón y la manzana con el baño de rico caramelo... Nooooo
más azúcar.
Montse aquel día de mediados de los 80's se
llevó un gran disgusto, no tuvo la suerte, la dicha, la fortuna de tener en su
infancia una muñeca Chochona. Aquello fue una espinita que lleva clavada desde
entonces, 37 años han pasado ya.
Ya en la actualidad, un buen día, en una
comida entre buenos amigos, hablábamos de nuestro blog, de lo especial, mágico
y nostálgico que es "EL BAÚL DE HAL" y Montse me hizo una pregunta
"tú que estás metido en este mundillo de lo vintage y que es tu hooby mmmm
¿tú podrías conseguirme una auténtica muñeca Chochona?". Le respondí que
posiblemente sí, pero conseguirla en un estado impecable, eso ya sería otro
cantar y allí quedo todo o eso pensé yo.
Hace cuatro o cinco meses llegó a casa mi
esposa Judith después de su sesión semanal en la que junto a Montse se pega un
buen pateo de 8 o 10 Km andando a paso ligero y uno de los temas de
conversación surgidos en aquella alocada marcha jejejejeje fue la historia de
Montse y la espinita que llevaba clavada por no haber conseguido aquella muñeca
Chochona cuando era niña mmmm eso me dio una idea, lo hablé con Judith y a los
dos nos pareció genial, le conseguiríamos quitar esa espina.
Pregunté a algunos contactos, nos movimos por
mercadillos de antigüedades, consulté páginas de compra y venta especializadas
en este tema vintage y la verdad, desde el primer momento encontré Chochonas,
algunas auténticas y otras que las querían hacer pasar por las mismas teniendo
muy poco que ver con la mencionada muñeca, conseguir una de estas muñecas en
estado aceptable no es difícil, pero conseguirla impecable cuesta más y más
paciencia tienes que tener, pero como soy tan cabezota y no me rindo
fácilmente, al final di con ella, nada más verla algo dentro de mí dijo
"esta es".
Mañana se celebra el 50 cumpleaños de Montse,
aunque en realidad es el día 24. Es una fiesta sorpresa que David, su marido y
gran amigo mío, ha preparado con mucho cariño, una fiesta que Montse no se espera
y tanto Judith como yo pensamos que es un momento inmejorable, ya es hora de
que Montse tenga su muñeca Chochona, mañana Montse recibirá un sobre de tómbola
con premio seguro. Lo que la suerte le negó aquel día de mediados de los 80's
nosotros, Judith y yo nos encargaremos de que se cambien las tornas y que su
boleto esta vez sea el premiado, con un premio que ella no se espera ni se
imagina jejejeje.
Por adelantado te deseamos un feliz cumpleaños
querida Montse.
En aquellos coloridos 80's se repartieron un
sin fin de muñecas Chochonas. En miles de hogares españoles, quizá olvidada en
algún rincón o, por el contrario, guardada como un tesoro, aún se encuentran
algunas de estas muñecas gracias a todas las que repartieron las tómbolas de la
época, lo curioso que nadie las compró en aquel tiempo, eso era un imposible,
como ya dije esta fue una muñeca que nunca se comercializó en una tienda, solo
se fabricó para repartir como premio en las ferias.
Hoy las Chochonas son un clásico de los más
célebres, sin duda, como también aquel perrito piloto, que repartieron las
tómbolas y que seguro también recordaréis. "¡QUÉ ALEGRÍA, QUÉ ALBOROTO,
OTRO PERRITO PILOTO!", eslóganes cantados a viva voz en las ferias y
tómbolas de antaño, con tanta, tanta intensidad y tanta fortuna que la
expresión quedó guardada en el acervo popular de nuestra memoria.
Quiero recordar y también mostrar mi
agradecimiento y respeto a Manuel Fernández, ya que esta peculiar muñeca que
empezó a figurar en las tómbolas de feria y acabó causando furor en toda España
fue gracias a Manuel Fernández, alias "Manolo el Loco", propietario
de la popular tómbola del Cubo. A Manolo se le ocurrió bautizar a la muñeca
como Chochona y acuñó el eslogan que todos conocemos y recordamos "Y OTRA
Y OTRA Y OTRA MUÑECA CHOCHONA" y que acabó haciéndose omnipresente en todas
las tómbolas de la época.
El bueno de Manolo pasó a mejor vida en 2010,
pero su legado que es de agradecer perdura en la memoria de miles de adultos
que vuelven a ser niños cuando rememoran con una sonrisa aquellas tardes de
feria que tanta diversión nos proporcionaron.
Anímate, deja volar tu imaginación, cierra los ojos y coge un sobre, pide un deseo, si lo deseas con mucha fuerza, seguro que te saldrá un boleto premiado y se cumplirá lo que pediste. ¡SUERTE!
Bonita historia y merecido Homenaje a Manolo, no lo conocía. Bravo!
ResponderEliminarGracias Juan Pedro y tengo que decir que el regalo fue toooodo un éxito, a nuestra amiga Montse le encanto, no se esperaba ese regalo.
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